He estado reflexionando sobre la reacción pública al clima más caluroso de lo normal tanto en el Reino Unido como en España, a través de las páginas del Bulletin y de amigos que viven en Mallorca y el Reino Unido. Para empezar, quizá no sea sorprendente que quienes residen en las Baleares y más allá tengan una reacción más mesurada ante el calor (¡o simplemente el buen tiempo!). Aunque hay que decir que, a través de las páginas online del Bulletin, noto que muchos isleños están algo sorprendidos por el calor que han sufrido en junio, aunque este hecho incuestionable ha sido minimizado por la gente local.
Aquí en el Reino Unido, el cálido clima fuera de temporada(?) ha generado muchas sacudidas de cabeza y predicciones catastrofistas sobre cómo estará el tiempo en julio y agosto. Por desgracia, para fastidio de mis amigos locales, en lugar de confirmar sus temores, me gusta señalar que a mediados de julio, cuando los niños terminen el cole por las vacaciones, probablemente nos enfrentaremos a lluvias torrenciales y vientos fuertes. Sé que no estoy siendo original en este tema, pero la actitud de los británicos ante un calor inesperado es tremendamente graciosa.
Además, cuando nuestros periódicos se meten en este tema, se desata el caos con portadas llenas de histeria climática. Aunque supongo que eso es de esperar con temperaturas superiores a 24ºC. Lo que no esperaba era que las cadenas de televisión y radio también se volvieran semi-histéricas. Esta misma mañana, que ha amanecido bastante calurosa, todas las emisoras que sintonizé en la radio promovían una “ola de calor” a diestra y siniestra.
Consejos sobre beber agua, quedarse en casa si hay dudas… y, cómo no, untarse todo tipo de cremas solares. Sé que no debería burlarme de mis amigos, pero a veces me pregunto si hay un concurso en marcha para ver quién hincha más los mofletes mientras se seca sudor (real o imaginario) de partes embarazosas del cuerpo.