El presidente Trump ha enfurecido a sus oponentes en los Estados Unidos al perdonar a los acusados del 6 de enero, investigar a sus enemigos y revocar los permisos de seguridad. Pero en Italia, es un Trump diferente el que ha desatado una furia, vistiendo un gorro de camuflaje y sentándose en un agujero en la tierra.

Los legisladores italianos han acusado a Donald J. Trump Jr., el hijo del presidente, de cazar un pato protegido en la laguna de Venecia.

“Es moralmente despreciable”, dijo Luana Zanella, una legisladora en el parlamento italiano el martes. “Y es un crimen.”

La furia entre los activistas medioambientales en Venecia comenzó el lunes, cuando obtuvieron un video que mostraba a un grupo de cazadores, incluido el Sr. Trump, disparando a patos en la laguna de Venecia. En un clip, que compartieron con The New York Times, el Sr. Trump, un ávido cazador, se esconde entre hierbas altas junto a un montón de patos muertos, y describe a su presa mientras suena la banda sonora de una película de acción en el fondo.

“Este es un pato bastante inusual para la zona”, dice, señalando un cadáver de pato de color cobre a su izquierda. “Ni siquiera estoy seguro de qué es en inglés.”

Otros estaban más seguros.

“Es un tarro blanco”, dijo Andrea Zanoni, un legislador regional en la región norteña de Veneto. “Y no se puede cazar.”

El Sr. Zanoni se negó a decir de quién obtuvo el clip, pero dijo que el martes reportó la muerte del pato a la policía de carabinieri de Venecia a cargo de la vida silvestre. A partir del video, que luego se publicó ampliamente en los medios de comunicación italianos, no estaba claro si el Sr. Trump había disparado al pato protegido él mismo.

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Andy Surabian, un portavoz del Sr. Trump, dijo en un comunicado que “no está claro si este solo pato fue disparado accidentalmente por alguien en el grupo de caza de Don, otro grupo de caza o si fue asesinado de otra manera y recuperado por el perro de caza de los grupos”. Pero agregó que “Don se toma muy en serio seguir todas las reglas, regulaciones y conservación en sus cazas y tiene la intención de cooperar plenamente con cualquier investigación.”

Para los legisladores italianos, el hecho de que el Sr. Trump tuviera al pato entre su presa fue suficiente para provocar una investigación. Según la ley italiana, “cualquiera que mate, capture o detenga” aves protegidas puede enfrentar hasta ocho meses de cárcel o una multa de más de $2,000. Aunque el futuro de la acción legal seguía siendo incierto, los legisladores exigieron respuestas, dado que el cazador era una figura pública.

“La buena relación del gobierno Meloni con la administración Trump no puede de ninguna manera transformar nuestro país en el jardín personal del presidente de los Estados Unidos”, escribieron tres legisladores del Movimiento Cinco Estrellas populista de Italia en un comunicado.

El Sr. Zanoni presentó una consulta oficial al presidente de la región de Veneto sobre el asunto, y la Sra. Zanella presentó una al ministro de justicia de Italia, al ministro de relaciones exteriores de Italia y al ministro de medio ambiente de Italia, dijo.

El Sr. Zanoni, quien denunció por primera vez la caza del ave migratoria, ha estado siguiendo a muchos cazadores.

Un vegetariano y activista de los derechos de los animales que dijo haber presentado 150 demandas contra cazadores durante 20 años, el Sr. Zanoni se capacitó con el instituto superior de protección del medio ambiente de Italia para reconocer razas de aves.

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“Reconocí al pato de inmediato”, dijo. ENPA, la liga de protección de animales de Italia, confirmó independientemente que el ave era en efecto un tarro blanco. El ave, que según el British Trust of Ornithology está protegida en algunos países budistas porque su color se asemeja al de las túnicas de un monje, es una vista rara en esa parte de Italia, dicen los expertos, mientras que es más común en el sudeste de Europa.

No es la primera vez que cazadores famosos visitan la zona.

En 2009, el Sr. Zanoni denunció al rey Juan Carlos de España a la policía por cazar en una zona cercana, lo que requiere un permiso. Eso sucedió antes de que el rey se rompiera la cadera mientras cazaba elefantes en Botsuana y después de que negara haber disparado a un oso ruso ebrio.

En 2022, Stanley Tucci apareció en un episodio de su serie sobre comida italiana, “Buscando Italia”, en una gorra de coppola escondida en un agujero en el suelo de un islote en la laguna de Venecia mientras su compañero, Oliver Martini, derribaba patos. Pero los dos no parecían disparar a ningún ave protegida para convertirla en ragú de pato.

El Sr. Martini, un ex piloto de carreras y criador de peces, también aparece en el clip de las aventuras del Sr. Trump. No respondió a una solicitud de comentario.

El clip es parte de un video más largo que presenta al Sr. Trump y a sus compañeros de viaje de Field Ethos, un grupo de autodenominados “aventureros de la vieja escuela que no se disculpan por lo que son”, según su sitio web. El Sr. Trump es uno de los fundadores del grupo, dice.

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El grupo publicó un avance promocional del viaje a Venecia en YouTube el 31 de diciembre, pero no ha publicado el video más largo ni el clip del Sr. Trump con el ave protegida en ninguna de sus plataformas públicas.

Un miembro del viaje, que también forma parte de Field Ethos y habló bajo condición de anonimato, dijo que el video estaba programado para ser publicado más adelante este año, pero que “no sabemos si lo vamos a publicar o no ahora que obviamente ha molestado a tanta gente.”

Las páginas de redes sociales de Field Ethos cuentan con varios otros videos del Sr. Trump promocionando equipo de caza.

El Sr. Trump ha atraído críticas por su caza en el pasado, especialmente después de que surgiera una foto de un viaje de caza en 2020 a Zimbabue, donde el hijo del presidente sostiene un cuchillo en una mano y la cola ensangrentada de un elefante en la otra.

Grupos de derechos de los animales, incluido People for the Ethical Treatment of Animals, estaban enfurecidos. Pero el Sr. Trump escribió en Twitter que “no voy a correr y esconderme porque los locos de PETA no me quieren.”

Aritz Parra contribuyó con el reportaje desde Londres.