Un pueblo medieval de la comarca de Extremadura, al oeste de España, se encuentra entre los pocos lugares que pueden presumir de contar con una judería – y acaba de ser nominado por la National Geographic como uno de los pueblos más bonitos para visitar en noviembre.
Enclavado en la región de Cáceres se halla Hervás, un lugar de gran intrigueo, repleto de historia y belleza.
Con orígenes que se remontan al siglo XII, la localidad creció en torno a la Iglesia-Castillo de Santa María de Aguas Vivas, una imponente iglesia-fortaleza construida por la Orden del Temple – para comienzos del siglo XIII, su muralla de piedra ya estaba finalizada.
La judería de Hervás
Este monumento refleja los profundos orígenes cristianos de Hervás, pero numerosos estudios sugieren que la fisonomía del pueblo fue moldeada por la coexistencia pacífica de las comunidades judía y cristiana.
Entre los siglos XIV y XV, alrededor de 45 familias judías residían en Hervás.
Esta convivencia tranquila solo perduró hasta 1492 – año en que el Decreto de la Alhambra de los Reyes Católicos ordenó la expulsión de la comunidad judía, poniendo fin a su presencia en la Península Ibérica.
A pesar de ello, siglos después, la judería de la localidad se mantiene en pie – es un lugar donde los turistas pueden sumergirse en la historia y perderse por su laberinto de callejuelas.
Los visitantes también pueden disfrutar del Festival Los Conversos, que celebra la cultura sefardí a través del teatro, conciertos, exposiciones y gastronomía.
Una calle en Hervás
Esta celebración tiene lugar al comienzo del verano en el corazón de la judería y comparte la diversidad y riqueza de las tradiciones locales con residentes y turistas.
No obstante, Hervás es mucho más que un museo de su pasado religioso – el pueblo exhibe una arquitectura impresionante, arte local, vehículos clásicos y mucho más.
Los amantes de la naturaleza pueden incluso seguir el cauce del río Ambroz, el monumento más antiguo de la villa, que serpentea entre bosques y puentes.
Los visitantes también pueden recorrer la Vía de la Plata, una antigua ruta comercial romana que ahora atrae a ciclistas y senderistas ansiosos por cruzar el puente de hierro de 1917 y contemplar las vistas del valle.
Son estas vistas espectaculares, junto con la rica historia cultural y religiosa de la localidad, lo que ha llevado a que Hervás fuera nominada por la National Geographic como el pueblo más bonito al que viajar en noviembre.
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