El vicecomandante de la Armada rusa, el mayor general Mikhail Gudkov, murió en un ataque con misiles ucranianos en la ciudad de Kursk, en el extremo oeste de Rusia, según informó un medio de comunicación vinculado al estado el jueves.
Gudkov, quien antes comandó una unidad de infantería marina rusa involucrada en la invasión a Ucrania, falleció por las heridas sufridas en el ataque a un edificio de administración militar, señaló el sitio web de AiF.
El Ministerio de Defensa ruso no dio detalles, pero confirmó que Gudkov murió “durante operaciones de combate en una de las zonas fronterizas de la región de Kursk”.
Una imagen compartida por el Ministerio de Defensa ruso muestra al mayor general Mikhail Gudkov, quien murió el 2 de julio de 2025 en combate contra Ucrania, según la cartera.
Los ucranianos lo vieron como un impulso a la moral tras una semana difícil. La administración de Trump anunció el martes que pausó algunos envíos de armas a Ucrania, causando alarma en Kiev, incertidumbre entre los aliados de la OTAN y celebraciones en Moscú.
La Casa Blanca no confirmó qué armas se retrasarían ni la magnitud de la reducción en el apoyo militar estadounidense.
El anuncio llegó una semana después de que Trump se reuniera con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en una cumbre de la OTAN en Países Bajos. Trump dijo que consideraba enviar más baterías de misiles Patriot a Ucrania.
“Quieren misiles antimisiles… los Patriots —dijo Trump—, y veremos si podemos conseguirlos”, añadiendo que son “difíciles de obtener”.
El Ministerio de Exteriores de Ucrania invitó al encargado de negocios de EE.UU. en Kiev para recalcar que “cualquier retraso en el apoyo militar solo animaría a Rusia a continuar la guerra”.
Trump anunció en Truth Social que hablaría por teléfono con Vladimir Putin ese jueves.
El Ministerio de Defensa ucraniano dijo que no había recibido notificaciones oficiales sobre suspensiones en las entregas de armas.
Zelenskyy declaró en un vídeo que Ucrania buscaba aclarar los cambios en el apoyo estadounidense.
La periodista Margaret Brennan informó que Trump y Zelenskyy hablarían por teléfono el viernes para discutir el conflicto.
El canciller ucraniano Andrii Sybiha subrayó en redes la urgencia de mantener el apoyo militar: “La única forma de obligar a Rusia a terminar la guerra es aumentar la presión sobre Moscú”.
En contraste, el Kremlin calificó la medida de “lógica y tardía”, sugiriendo que Occidente está cansado de la guerra.
“Cuántas menos armas reciba Ucrania, más cerca estará el fin de la Operación Militar Especial”, dijo el portavoz Dmitry Peskov.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, reconoció que EE.UU. debe priorizar su inventario, pero instó a mantener la ayuda a Ucrania y a que Europa incremente sus contribuciones.
“Es un mensaje claro para reforzar nuestras capacidades de defensa europeas”, declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Kiev y otras ciudades ucranianas enfrentan intensos ataques con misiles y drones, superando a veces las defensas aéreas y causando daños graves.
El fin de semana, Rusia lanzó lo que Ucrania llamó “el mayor ataque aéreo de la guerra”, golpeando infraestructuras energéticas, zonas residenciales y objetivos militares con decenas de misiles y drones iraníes.
Los ucranianos insisten en que necesitan más defensas aéreas ante el aumento de los bombardeos.