El desvío de Sóller –la principal vía de acceso al pueblo, la Serra de Tramuntana y el único enlace viario entre Sóller y el Puerto sin atravesar el centro– sigue colapsado, especialmente en las horas punta.
Hace más de un año que el Consell prometió una reforma integral, reclasificando la carretera como vía urbana. Las obras estaban previstas para finales de 2025, pero ahora las autoridades admiten que el proyecto todavía no ha sido redactado, a la espera de un acuerdo entre el Consell, la DGT y el Ajuntament.
El plan incluye cuatro nuevas glorietas entre Can Repic y el cruce del tranvía en l’Horta, cerca de la carretera d’Es Escorca. El tramo contaría entonces con un total de ocho rotondas, diseñadas para reducir la velocidad del tráfico, crear pasos de peatones seguros e incorporar un carril bici. Se prohibiría el estacionamiento en los arcenes, con parkings disuasorios para aliviar la demanda.
Aunque se han instalado bolardos y se han habilitado cuatro de estos aparcamientos –no sin controversia por su impacto–, muchos conductores siguen evitándolos y prefieren aparcar ilegalmente en los márgenes para no pagar. Además, los parkings son temporales, autorizados en suelo rústico solo por ocho meses al año. El Ajuntament afirma que rotará su apertura para cumplir la normativa, con dos nuevas ubicaciones previstas para la temporada baja.
La congestión diaria se ve agravada por residentes y turistas que se ven obligados a caminar por la calzada, a menudo con riesgo. La señalización se ha mejorado, pero el Ajuntament todavía carece de competencias para imponer multas, a pesar de que el estacionamiento ilegal sigue estando muy extendido.
Se espera una nueva reunión trilateral entre el Consell, la DGT y el Ajuntament en los próximos días con la esperanza de impulsar por fin este proyecto tan demorado y, como mínimo, mejorar la seguridad vial.
