El pasado domingo, un turista sufrió un infarto mortal en la playa de Can Picafort, en Santa Margalida, Mallorca. Los servicios de emergencia realizaron exhaustivos esfuerzos de reanimación, incluyendo múltiples descargas con desfibrilador, antes de declarar finalmente el fallecimiento del hombre.
El incidente ocurrió a las 16:44 horas cuando un bañista alertó a los socorristas de la Torre de Vigilancia 2 sobre un hombre inconsciente tendido en la arena cerca del Bar Chocolate. El personal de rescate acudió inmediatamente al lugar con equipamiento de reanimación y descubrió que el turista había sufrido un paro cardíaco. Inmediatamente iniciaron la reanimación cardiopulmonar (RCP).
En minutos, el supervisor, el jefe y el coordinador de emergencias del servicio de playa llegaron al lugar. Utilizaron un desfibrilador semiautomático mientras continuaban los intentos de reanimación mediante compresiones torácicas y oxigenoterapia.
Rápida respuesta de emergencia
Para las 16:56 horas, se había desplegado un amplio dispositivo de emergencia, que incluyó dos ambulancias —una de soporte vital básico del SAMU 061— y la policía local. Poco después, se incorporó una ambulancia de soporte vital avanzado. Para entonces, ya se habían administrado cuatro descargas del desfibrilador mientras los equipos colaboraban conjuntamente en intentar reanimar al hombre.
Durante el incidente, el personal médico del 061 gestionó la oxigenoterapia y la estabilización clínica, mientras la policía local acordonó la zona y asistió a los familiares. A pesar de lograr un retorno temporal del pulso tras 90 segundos de RCP básica, seis minutos de uso del desfibrilador semiautomático y 27 minutos de reanimación avanzada por parte de los servicios del 061, el hombre fué declarado fallecido.
