Turista en Kenia vierte cerveza en la trompa de un elefante y desata la indignación

Se han iniciado varias investigaciones después de que un hombre español en Kenia publicara vídeos de sí mismo echando cerveza en la trompa de un elefante, lo que provocó mucha ira en las redes sociales.

El hombre fue grabado en una reserva de vida silvestre bebiendo de una lata de Tusker, una cerveza local popular, antes de darle el resto al elefante.

“Solo un Tusker con un amigo con colmillos”, puso como título en un clip subido a Instagram, que luego fue borrado de su cuenta después de las muchas críticas de keniatas en los comentarios.

La BBC analizó las imágenes y pudo autentificarlas como reales. El paisaje y un elefante macho muy conocido indican que fue filmado en la Reserva Ol Jogi, en el condado central de Laikipia.

Un miembro del personal contactado por la BBC en el santuario privado se mostró conmocionado por el comportamiento y dijo que los vídeos se pasarían a “las autoridades correspondientes”.

“Esto nunca debió de pasar. Somos una reserva y no podemos permitir que eso ocurra”, dijo el empleado, identificado solo como Frank.

“Ni siquiera dejamos que la gente se acerque a los elefantes”.

El Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS) también está investigando el incidente, según dijo a la BBC su portavoz, Paul Udoto.

p>El hombre involucrado no usa su nombre real en sus redes sociales, donde aparece con variaciones del nombre Skydive_Kenya.

En otro video subido a Instagram el martes, se le ve alimentando a dos elefantes con zanahorias y luego diciendo: “Es la hora de la cerveza”.

Los vídeos de Instagram atrajeron cientos de comentarios críticos, algunos pidiendo la deportación del hombre, antes de que las publicaciones fueran eliminadas.

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El elefante al que le dieron cerveza es de gran tamaño y tiene largos colmillos; uno en particular es distintivo porque está dañado.

Por otras imágenes y vídeos publicados en línea, coincide con la descripción de Bupa, un macho amigable de Ol Jogi cuya foto suelen compartir los visitantes.

Bupa fue rescatado de una matanza masiva de elefantes en Zimbabue en 1989 y llevado a la reserva cuando tenía ocho años.

Ol Jogi afirma albergar a unos 500 elefantes y se considera una de las pioneras en rehabilitar animales huérfanos y liberarlos de nuevo en la naturaleza.

El hombre de los vídeos, que se describe como un “adicto a la adrenalina” en TikTok, había publicado el lunes un video en el que se le ve en la cercana Reserva Ol Pejeta alimentando a un rinoceronte con zanahorias.

“También ha incumplido nuestras normas porque no se suponía que tocara a los rinocerontes, ya que no son mascotas”, declaró Thige Njuguna de Ol Pejeta a la BBC.

Confirmó que el rinoceronte de las imágenes era de su reserva natural y añadió que en Ol Pejeta no hay elefantes.

La Dra. Winnie Kiiru, bióloga y conservacionista de elefantes keniana, calificó el comportamiento del turista de “lamentable”, ya que puso en peligro su vida y la del elefante.

“Alrededor del 95% de los elefantes en Kenia son salvajes y está mal publicar en redes sociales dando la impresión de que puedes acercarte a ellos y darles de comer”, dijo a la BBC.

Este incidente ocurre apenas una semana después de que un grupo de turistas fuera filmado bloqueando la migración de ñus en el Maasai Mara de Kenia durante la migración anual, uno de los mayores espectáculos de vida silvestre del mundo.

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El video viral mostraba a visitantes saltando de los vehículos de safari, apiñándose en las orillas del río y forzando a los ñus a entrar en aguas infestadas de cocodrilos, lo que provocó indignación.

Tras el incidente, el ministerio de turismo y vida silvestre anunció reglas más estrictas, ordenando a los tour operadores que hagan cumplir las normas del parque asegurándose de que los visitantes permanezcan dentro de los vehículos excepto en áreas designadas.

También se comprometió a mejorar la señalización en los parques de vida silvestre e intensificar la educación de los visitantes sobre las normas de seguridad.

La migración de ñus del Maasai Mara atrae a miles de visitantes cada año y está considerada como uno de los patrimonios naturales más preciados de Kenia.