A la mujer supuestamente la rechazaron en 3 hospitales. Jana Janina/Shutterstock
Kay, una turista británica, relató una experiencia angustiante en Tenerife tras supuestamente ser rechazada en tres centros hospitalarios durante un severo cuadro de gastroenteritis, que ella atribuye a un trato racialmente sesgado. Según Kay, su malestar comenzó tras consumir una ensalada en el hotel lavada con agua del grifo, lo que desencadenó intensos dolores estomacales, vómitos e incapacidad para retener alimentos o líquidos. Describió haber pasado la mayor parte de sus vacaciones confinada en la habitación del hotel, calificando la vivencia como “infernal” en una entrevista con ‘The Mirror’.
Preocupada por el empeoramiento de su estado, Kay solicitó la visita de un médico privado en su hotel, abonando 100 euros por la consulta. A pesar de esta atención, los síntomas persistieron, lo que la llevó a buscar tratamiento en varios hospitales. De acuerdo con su testimonio en TikTok, le habrían denegado la entrada en tres centros distintos. Kay expresó sentimientos de abandono y humillación, afirmando que el personal fue “increíblemente despectivo” y parecía mostrarse reacio a ayudarla debido a su nacionalidad. Describió la experiencia como aterradora y señaló que le ha disuadido de volver a Tenerife en el futuro.
Finalmente, Kay recibió atención en un hospital privado, donde le administraron suero intravenoso, antibióticos, probióticos y otros tratamientos para combatir la deshidratación y la infección. Elogió al equipo médico por su profesionalidad y compasión, destacando que, pese a las barreras idiomáticas, hicieron todo lo posible por garantizar su recuperación. Su experiencia subraya la relevancia de contar con un seguro de viaje, que le permitió acceder a atención privada cuando inicialmente se le negó o limitó el acceso en la red pública. El relato de Kay también pone de relieve la estructura del sistema sanitario español para turistas. Los hospitales públicos están legalmente obligados a estabilizar a pacientes en situación de emergencia, pero el tratamiento para casos no urgentes puede depender de la presentación de un seguro médico o del pago anticipado. Esta distinción puede complicar el acceso para visitantes internacionales, especialmente cuando existen barreras de comunicación. Los hospitales privados, si bien más costosos, suelen ofrecer una atención más rápida y flexible para no residentes.
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Aunque Kay ya se ha recuperado por completo, compartió su historia para concienciar sobre los posibles desafíos a los que pueden enfrentarse los viajeros extranjeros al buscar atención médica en el extranjero. Hizo hincapié en la importancia de prepararse adecuadamente, lo que incluye contratar un seguro de viaje apropiado, comprender las políticas hospitalarias e identificar con antelación los centros médicos disponibles. Su experiencia ha generado debate en línea, con algunos usuarios mostrando su solidaridad ante sus afirmaciones de discriminación, mientras que otros han resaltado los estrictos requisitos de seguro y pago en la sanidad española. En definitiva, la odisea de Kay ilustra las dificultades que pueden surgir al enfermar durante un viaje, la importancia de recibir atención médica accesible y compasiva, y el valor de planificar con antelación para emergencias. También sirve como recordatorio a los proveedores de salud de la necesidad de garantizar un trato equitativo para todos los pacientes, con independencia de su nacionalidad, y de asegurar que los visitantes internacionales se sientan seguros y respaldados al buscar asistencia.
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