La guardia fronteriza polaca halló un túnel clandestino que conecta Bielorrusia con Polonia —el segundo descubierto este año—
Crédito: X – Marcin Kierwiński
@MKierwinski
Las autoridades fronterizas polacas han descubierto un paso subterráneo oculto que discurre bajo la frontera entre Polonia y Bielorrusia, lo que constituye el segundo hallazgo de esta índole en el año.
Según las autoridades, es probable que este paso subterráneo formara parte de un esfuerzo organizado para eludir la valla fronteriza reforzada que separa ambos países.
Segundo túnel ilegal localizado en 2025
El Ministro del Interior polaco, Marcin Kierwiński, confirmó el descubrimiento el viernes 18 de octubre, en una publicación compartida en X, en la que alabó los avanzados sistemas de vigilancia electrónica del país por detectar el túnel antes de que pudiera ser utilizado.
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“Agentes de la división de la Guardia Fronteriza de Podlaquia han localizado un túnel bajo la barrera en la frontera polaco-bielorrusa”, escribió Kierwiński. “Comenzaba y terminaba a unos veinte metros del lado bielorruso. Gracias a los nuevos sistemas electronicos, la frontera está ahora efectivamente protegida.”
El túnel se situaba en la región de Podlaquia, cerca de la misma zona donde a principios de año fue desenterrada una estructura similar en la frontera de Narewka.
De acuerdo con los funcionarios, el descubrimiento fue posible gracias a las cámaras térmicas, los sensores de movimiento y los escáneres subterráneos instalados durante el verano como parte de un proyecto más amplio de modernización de la seguridad fronteriza.
Miles de cruces ilegales sólo este año
Este último hallazgo se produce en medio de un repunte de los intentos de cruce ilegal desde Bielorrusia hacia Polonia. Las autoridades fronterizas reportaron más de sesenta intentos en un solo día la semana pasada, lo que eleva el número total de incidentes desde enero a más de veintiséis mil setecientos.
Polonia se mantiene en alerta máxima desde 2021, cuando estalló una grave crisis migratoria y humanitaria en la frontera oriental de la Unión Europea. Varsovia y sus aliados occidentales acusan a Bielorrusia de orquestar la afluencia de migrantes procedentes de Oriente Medio y África, trasladándolos hasta la frontera de la UE en lo que califican como una forma de “guerra híbrida” destinada a desestabilizar la región.
El gobierno polaco ha invertido desde entonces cuantiosos recursos en reforzar sus defensas, incluyendo barreras de alambre de espino, detectores de movimiento y drones de vigilancia. No obstante, los túneles descubiertos recientemente demuestran que quienes buscan cruzar se están volviendo más ingeniosos —y más desesperados.
Reavivado el debate sobre los derechos humanos
Aunque los oficiales polacos celebraron el éxito de sus sistemas de detección, las organizaciones de derechos humanos han renovado sus críticas hacia la gestión gubernamental de la situación.
Los activistas arguyen que las tácticas denominadas de “devolución en caliente”, mediante las cuales los migrantes son retornados a Bielorrusia sin opción a solicitar asilo, vulneran el derecho internacional. Polonia, sin embargo, sostiene que está defendiendo tanto su soberanía como la frontera exterior de la UE.
El Ministerio del Interior insiste en que los nuevos sistemas de monitorización —incluyendo sensores sísmicos e imagen térmica— están diseñados no solo para la seguridad, sino también para prevenir cruces peligrosos y potenciales tragedias en la agreste y boscosa zona fronteriza.
Con la llegada del invierno, se prevé que las condiciones a lo largo de la frontera polaco-bielorrusa empeoren, incrementando el temor a más intentos, más túneles y mayor sufrimiento humano en una de las fronteras más fuertemente vigiladas de Europa.
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