Tulum Energy redescubrió una tecnología de hidrógeno olvidada y la utilizó para obtener $27 millones

Fue un error que se adelantó a su época.

Entre 2002 y 2005, los ingenieros del grupo Techint intentaban ajustar un nuevo horno de curvatura eléctrico para un fabricante de espadas cuando notaron algo raro. Los electrodos de carbono, en vez de descomponerse, crecían.

El equipo había creado sin querer lo que se conoce como reacción de pirólisis, que básicamente consiste en quemar algo en ausencia de oxígeno. En este caso, el horno descomponía metano en hidrógeno puro y carbono sólido. Reportaron el hallazgo internamente y luego, prácticamente, lo olvidaron.

“En ese entonces, a nadie le importaba porque el hidrógeno no era prioridad”, explicó Massimiliano Pieri, CEO de Tulum Energy, a TechCrunch. El descubrimiento quedó relegado durante casi dos décadas.

Pero hace unos años, inversores del fondo corporativo de VC de Techint, Techenergy Ventures, buscaban métodos limpios para producir hidrógeno a partir de metano.

No tuvieron que buscar lejos. “Alguien en la empresa dijo: ‘Pero si ya tenemos eso. Tenemos esta tecnología’”, recordó Pieri.

Así que rescataron la idea y fundaron Tulum para convertir el hallazgo en negocio. Recientemente, la startup cerró una ronda semilla de $27 millones liderada por TDK Ventures y CDP Venture Capital, según confirmó la compañía en exclusiva a TechCrunch. Participaron Doral Energy-Tech Ventures, Mito Tech Ventures y TechEnergy Ventures.

*Una ilustración de la planta piloto de Tulum Energy. Créditos: Tulum Energy*

Tulum no es la única que apuesta por la pirólisis de metano para generar hidrógeno. Competidores como Modern Hydrogen, Monolith e industrias siderúrgicas también exploran esta reacción, atractiva por producir hidrógeno desde gas natural sin emitir CO₂. El proceso solo genera hidrógeno y polvo de carbono, ambos comercializables.

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Pero Tulum se distingue en varios aspectos. No requiere catalizadores caros —como sí algunos rivales— y usa tecnología de hornos eléctricos ya existente, aunque adaptada.

“Esto nos da una ventaja enorme”, destacó Pieri.

Con los fondos, Tulum construirá una planta piloto en México junto a una acería de Techint. De funcionar, la fábrica podría comprarle hidrógeno y carbono directamente.

Pieri estima que, a escala comercial, una planta produciría 2 toneladas de hidrógeno y 600 de carbono diarios.

Según sus cálculos, en EE.UU. —con energía y gas baratos— el costo por kilo de hidrógeno sería de ~$1.50, solo 50 centavos más que el hidrógeno convencional y muy por debajo del verde. Y eso sin contar los ingresos por la venta del carbono.

Nada mal para un error casi olvidado.