Trump da un paso importante hacia la minería en el lecho marino en aguas internacionales.

El presidente Trump ha ordenado al gobierno de EE. UU. dar un paso importante hacia la minería de vastas extensiones del lecho marino, una medida que casi todos los demás países del mundo consideran fuera de límites para este tipo de actividad industrial. La orden ejecutiva, firmada el jueves, pasaría por alto un tratado internacional de décadas de antigüedad que todas las principales naciones costeras, excepto Estados Unidos, han ratificado. Es el último ejemplo de la disposición de la administración Trump a ignorar las instituciones internacionales y probablemente provocará una protesta de los rivales y aliados del país por igual. La orden “establece a EE. UU. como líder mundial en la exploración y desarrollo de minerales del lecho marino tanto dentro como fuera de la jurisdicción nacional”, según un texto publicado por la Casa Blanca. La orden de Trump instruye a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica a acelerar los permisos para que las empresas puedan minar tanto en aguas internacionales como territoriales de EE. UU. Partes del lecho marino están cubiertas por nódulos del tamaño de patatas que contienen minerales valiosos como níquel, cobalto y manganeso, que son esenciales para tecnologías avanzadas que Estados Unidos considera críticas para su seguridad económica y militar, pero cuyas cadenas de suministro están cada vez más controladas por China. Nunca se ha llevado a cabo una minería a gran escala en el lecho marino. Los obstáculos tecnológicos son altos y ha habido serias preocupaciones sobre las consecuencias ambientales. Como resultado, en la década de 1990, la mayoría de las naciones acordaron unirse a una Autoridad Internacional de los Fondos Marinos independiente que regiría la minería del lecho marino en aguas internacionales. Dado que Estados Unidos no es signatario, la administración Trump se basa en una ley oscura de 1980 que otorga poderes al gobierno federal para emitir permisos de minería en aguas internacionales. Muchas naciones están ansiosas por ver la minería del lecho marino convertirse en una realidad. Pero hasta ahora, el consenso predominante ha sido que los imperativos económicos no deben tener prioridad sobre el riesgo de que la minería pueda dañar la industria pesquera y las cadenas alimentarias o afectar el papel esencial del océano en la absorción de dióxido de carbono calentador del planeta de la atmósfera. La orden de Trump llega después de años de retrasos en la I.S.A. para establecer un marco normativo para la minería del lecho marino. La autoridad aún no ha acordado un conjunto de normas.

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