La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado el inicio de despidos de empleados federales mientras perisite el cierre del gobierno, a pesar de las dudas sobre la autoridad constitucional de Trump para realizarlos.
En un conciso comunicado emitido el viernes, el director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto de los Estados Unidos, Russell Vought, declaró que el gobierno procedía con los planes de “reducción de personal” o RIF para recortar la fuerza laboral.
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“Los RIF han comenzado”, escribió Vought en una publicación en redes sociales.
Citando fuentes anónimas de la administración, el medio de noticias Politico informó que entre las agencias afectadas se encuentran los departamentos del Interior, Seguridad Nacional, Hacienda, la Agencia de Protección Ambiental, Comercio, Educación, Energía, Salud y Servicios Humanos (HHS) y Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
Portavoces de varios de estos departamentos, incluidos Hacienda y HHS, han confirmado posteriormente el envío de notificaciones de despido a los empleados. En sus comunicados, el HHS hizo referencia al “cierre del gobierno liderado por los demócratas”, reflejando la retórica partidista de la administración.
“Todos los empleados del HHS que recibieron avisos de reducción de personal fueron designados como no esenciales por sus respectivas agencias. El HHS continúa eliminando entidades derrochadoras y duplicativas, incluyendo aquellas incongruentes con la agenda de la administración ‘Trump Make America Healthy Again’”, añade el comunicado del departamento.
El viernes marcó el décimo día del cierre, sin que se vislumbre una solución inmediata. Ese mismo día, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, anunció su intención de mantener la cámara en receso hasta que el Senado actúe sobre una resolución continua de presupuesto que los republicanos de la Cámara ya habían aprobado.
El Senado ha rechazado la resolución de la Cámara en siete ocasiones desde que comenzó el cierre.
“Volveremos aquí y reanudaremos la sesión legislativa tan pronto como los demócratas del Senado enciendan las luces. Ese es el hecho. Ahí estamos”, declaró Johnson a los periodistas.
Mientras, los demócratas han arguido que los republicanos se han negado a negociar sobre prioridades sanitarias, como la extensión de los subsidios bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible que expiran a final de año.
Trump, republicano, ha sido explícito sobre su intención de utilizar el cierre para imponer recortes en programas que asocia con el Partido Demócrata.
Desde que el cierre comenzó el 1 de octubre, Vought ya ha anunciado recortes por valor de casi 18 mil millones de dólares a proyectos de infraestructura de la ciudad de Nueva York, 2 mil millones al sistema de transporte de Chicago y 8 mil millones relacionados con el cambio climático, destinados a afectar a 16 estados de mayoría demócrata.
“Solo estamos recortando programas demócratas, lamento decirlo, pero estamos recortando programas demócratas”, afirmó el presidente en un encuentro con simpatizantes a principios de semana. “Recortaremos algunos programas demócratas muy populares que, francamente, no lo son entre los republicanos”.
Por su parte, los legisladores demócratas han acusado a la administración Trump de utilizar el cierre para proseguir su purga de agencias gubernamentales y recortar servicios, pese a que se cuestiona la autoridad constitucional de Trump para hacerlo. Durante los cierres gubernamentales, los empleados suelen ser suspendidos, mas no despedidos.
El viernes, un tribunal federal de San Francisco celebró una audiencia para evaluar las demandas de los sindicatos de trabajadores, incluida la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE).
Estos sindicatos han argumentado que despedir empleados durante un cierre constituye un “abusso ilegal de poder”.
En un comunicado, el presidente de AFGE, Everett Kelley, sostuvo que ningún otro presidente ha intentado despedir a empleados gubernamentales suspendidos durante un cierre.
“Es vergonzoso que la administración Trump haya utilizado el cierre gubernamental como pretexto para despedir ilegalmente a miles de trabajadores que prestan servicios esenciales a comunidades de todo el país”, afirmó Kelley, instando al Congreso a resolver el estancamiento.
“Estos trabajadores se presentan cada día para servir al pueblo estadounidense, y durante los últimos nueve meses no han recibido más que desdén y crueldad por parte del presidente Trump. Todo ciudadano estadounidense debería estar indignado”.
Trump, sin embargo, ha buscado desde hace tiempo reducir lo que describe como “despilfarro” e “inflación” del gobierno federal. También ha propuesto una visión de ampliación de la autoridad presidencial.
Hasta el momento, la Corte Suprema ha permitido que la administración Trump proceda con los despidos mientras los tribunales evalúan la legalidad de dichas acciones.
