Rusia enfrentará graves consecuencias si no se acuerda un alto al fuego. Créditos: Noamgalai/Shutterstock
Antes de su esperada cumbre en Alaska este viernes, el presidente Donald Trump lanzó una advertencia contundente: si el presidente ruso Vladimir Putin no accede a un cesé del fuego en Ucrania, enfrentará “consecuencias muy graves”.
Trump realizó estas declaraciones tras una reunión virtual con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y varios líderes europeos, subrayando que lograr un alto al fuego es su prioridad absoluta. También dejó claro que no apoyaría ningún acuerdo de paz que ignore la soberanía de Ucrania o excluya a Kyiv de discusiones cruciales. Sus palabras fueron respaldadas por aliados europeos, quienes abogaron por un enfoque unificado en las negociaciones. Líderes de Alemania, Francia, Polonia y el Reino Unido reiteraron que cualquier acuerdo debe respetar la integridad territorial ucraniana e incluir garantías de seguridad vinculantes. Advirtieron que una agresión rusa continuada provocaría más sanciones. La llamada generó rumores sobre una posible cumbre de seguimiento en la que Zelenski se sentaría con Trump y Putin, pero solo si la reunión en Alaska muestra avances.
Aunque Trump no detalló las posibles amenazas, sus palabras sugieren que las sanciones económicas siguen siendo el instrumento de presión más probable. Su tono marcó un cambio respecto a descripciones previas de la cumbre como un “acercamiento exploratorio”, reflejando una postura más firme de EE.UU. El objetivo ahora parece ser “sentar las bases” para negociaciones futuras o intensificar medidas punitivas si Rusia se resiste. La urgencia de esta diplomacia surge por el aumento de víctimas civiles y el temor a que se pierdan opciones de paz. El liderazgo ucraniano, desde el frente, advirtió que sin su participación, cualquier acuerdo podría consolidar pérdidas territoriales. Mientras, Europa sigue coordinando su posición para garantizar una paz justa y duradera.
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Esta cumbre representa un momento decisivo. Pondrá a prueba si la presión diplomática puede forzar un cambio en la estrategia rusa o si será necesaria una escalada mayor, ya sea política, económica o militar. Para Kyiv y sus aliados, la esperanza sigue siendo lograr progresos con Putin, pero solo bajo términos que preserven la soberanía ucraniana y eviten concesiones impuestas por la coerción.
