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El presidente Donald Trump ha reclamado poderes prácticamente ilimitados para sortear al Congreso e imponer impuestos radicales a productos extranjeros.
Ahora, un tribunal federal de apelaciones ha interpuesto un obstáculo en su camino.
El fallo del Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito Federal confirmó en gran medida una decisión de mayo de un tribunal especializado en Comercio Internacional en Nueva York el viernes. No obstante, el veredicto de 7-4 revocó parte de esa resolución, anulando los aranceles de inmediato, pero permitiendo a su administración apelar ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
El dictamen supuso un revés significativo para Trump, cuyas políticas comerciales erráticas han sacudido los mercados financieros, paralizado a las empresas con incertidumbre y generado preocupación sobre precios más elevados y un crecimiento económico más lento.
¿Qué aranceles anuló el tribunal?
El fallo del tribunal se centra en los gravámenes que Trump impuso a casi todos los socios comerciales estadounidenses en abril, y en los tributos anteriormente aplicados a China, México y Canadá.
Trump, el 2 de abril —día que denominó "de la liberación"—, estableció los llamados aranceles recíprocos de hasta el 50% en países con los que Estados Unidos mantiene un déficit comercial, y un 10% inicial sobre casi todos los demás.
Posteriormente, el presidente suspendió los aranceles recíprocos durante 90 días para conceder tiempo a los países a negociar acuerdos comerciales con Estados Unidos y reducir sus barreras a las exportaciones estadounidenses. Algunos de ellos, incluidos el Reino Unido, Japón y la Unión Europea, acordaron tratados desfavorables con Trump para evitar tarifas aún mayores.
Aquellos que no cedieron, o que de algún modo incurrieron en el enfado de Trump, fueron golpeados con más fuerza a principios de este mes. Laos, por ejemplo, fue gravado con una tarifa del 40%, y Argelia con un impuesto del 30%. Trump también mantuvo los aranceles de represalia en su lugar.
Alegando poderes extraordinarios para actuar sin la aprobación del Congreso, Trump justificó los impuestos bajo la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia (IEEPA) de 1977, al declarar los déficits comerciales históricos de Estados Unidos como "una emergencia nacional".
En febrero, había invocado dicha ley para imponer aranceles a Canadá, México y China, argumentando que el flujo ilegal de inmigrantes y drogas a través de la frontera estadounidense constituía una emergencia nacional y que esos tres países debían hacer más para detenerlo.
La Constitución de los Estados Unidos otorga al Congreso la potestad de establecer impuestos, incluidos los aranceles. No obstante, los legisladores han permitido que los presidentes asuman mayores competencias en materia arancelaria, y Trump las ha llevado al límite.
El desafío legal no cubre otros aranceles de Trump, incluidas las tasas sobre el acero extranjero, el aluminio y los automóviles que el presidente impuso tras investigaciones del Departamento de Comercio que concluyeron que esas importaciones suponían una amenaza para la seguridad nacional.
Tampoco incluye los aranceles que Trump impuso a China durante su primer mandato, los cuales el presidente Joe Biden, tras una investigación oficial, confirmó bajo el argumento de que China utilizó prácticas injustas para favorecer a sus empresas tecnológicas frente a competidoras estadounidenses y occidentales.
¿Por qué falló el tribunal contra el presidente?
La administración argumentó que los tribunales habían avalado el uso de aranceles de emergencia por el entonces presidente Richard Nixon durante la crisis económica que siguió a su decisión de abandonar el patrón oro. La administración de Nixon citó con éxito su autoridad bajo la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, que antecedió y sirvió de base para parte del lenguaje utilizado en la IEEPA.
En mayo, el Tribunal de Comercio Internacional de los Estados Unidos en Nueva York rechazó este argumento, fallando que los aranceles del "Día de la Liberación" de Trump "excedían cualquier autoridad conferida al presidente" bajo la ley de poderes de emergencia. Al emitir su fallo, el tribunal combinó dos impugnaciones —una presentada por cinco empresas y otra por doce estados— en un único caso.
El viernes, el Tribunal Federal de Apelaciones escribió en su decisión de 7-4 que "parece improbable que el Congreso tuviera la intención de… conferir al Presidente una autoridad ilimitada para imponer aranceles".
Un voto particular discrepante de los jueces que se opusieron al fallo del viernes esbozó una posible vía legal para Trump, concluyendo que la ley de 1977 que permite acciones de emergencia "no constituye una delegación inconstitucional de autoridad legislativa según la jurisprudencia de la Corte Suprema", la cual ha permitido que el Congreso otorgue ciertas competencias arancelarias al presidente.
Entonces, ¿en qué situación queda la agenda comercial de Trump?
El gobierno ha sostenido que, de anularse los aranceles de Trump, podría verse obligado a reembolsar parte de los impuestos de importación recaudados, lo que supondría un duro golpe financiero al Tesoro de los Estados Unidos. Los ingresos por aranceles sumaban 159 mil millones de dólares (135.8 mil millones de euros) en julio, más del doble que en el mismo período del año anterior. De hecho, el Departamento de Justicia advirtió en un escrito legal este mes que revocar los aranceles podría significar la "ruina financiera" para Estados Unidos.
También podría colocar a Trump en una posición débil al intentar imponer aranceles en el futuro.
"Si bien los acuerdos comerciales existentes podrían no disolverse automáticamente, la administración podría perder un pilar fundamental de su estrategia negociadora, lo que animaría a gobiernos extranjeros a resistir demandas futuras, retrasar implementaciones previas o incluso buscar renegociar los términos", señaló Ashley Akers, asesora principal del bufete Holland & Knight y exabogada del Departamento de Justicia, antes del fallo de apelación.
El presidente prometió llevar la batalla ante la Corte Suprema. "De mantenerse, este fallo literalmente destruiría los Estados Unidos de América", escribió en su plataforma de redes sociales.
Trump cuenta con herramientas legales alternativas para imponer tributos a las importaciones, pero estas limitarían la rapidez y contundencia con que podría actuar. Por ejemplo, en su fallo de mayo, el tribunal de comercio señaló que Trump conserva una autoridad más consolidada para imponer aranceles contra déficits comerciales bajo otro estatuto, la Ley de Comercio de 1974. Pero dicha norma limita los aranceles al 15% y por sólo 150 días en países con los que Estados Unidos mantenga grandes déficits.
La administración también podría invocar gravámenes bajo otra autoridad legal, la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, como hizo con los aranceles sobre el acero, el aluminio y los automóviles. Pero eso requiere una investigación del Departamento de Comercio y no puede imponerse únicamente a discreción del presidente.
