Un magistrado de Kenia dice que no se puede determinar la causa de la muerte del magnate británico Harry Roy Veevers, cuyo cuerpo exhumado ha estado en la morgue por 11 años.
David Odhiambo ordenó cerrar la investigación, diciendo que “debido al nivel de descomposición del cuerpo al momento de exhumarlo—meses después de su entierro”—era muy difícil saber qué causó su muerte y “nadie puede ser acusado”.
El Sr. Veevers murió el Día de San Valentín en 2013 en la ciudad costera de Mombasa. Fue enterrado según ritos islámicos y sin autopsia.
Esto llevó a una larga batalla legal, con sus dos hijos de un matrimonio anterior pidiendo investigar cómo murió su padre.
Los hijos, Richard y Philip Veevers, que vivían en el Reino Unido, acusaron a la segunda esposa de su padre, Azra Parveen Din, y sus hijas, Helen y Alexandra, de estar involucradas en su muerte, supuestamente para heredar su fortuna de millones. Ellas niegan cualquier maldad.
El martes, el Sr. Odhiambo dictaminó que, por el estado del cuerpo y “los informes contradictorios de los patólogos, químico del gobierno y otros expertos”, no se pueden presentar cargos.
“Las investigaciones sobre la muerte del difunto se consideran cerradas, a menos que surja nueva información”, añadió.
El magistrado dijo que el cuerpo del Sr. Veevers debe ser liberado de la morgue en Mombasa después de pagar la tarifa acumulada por 11 años.
Pero no está claro a quién se entregará el cuerpo, ya que el Sr. Odhiambo dijo que no podía decidir y ordenó que ambas familias busquen orientación en otro tribunal.
Cuando el Sr. Veevers murió en 2013, su segunda esposa, que vivía con él en Mombasa, dijo que su esposo murió por causas naturales.
Pero su entierro islámico, hecho rápidamente, levantó sospechas en sus hijos, quienes dijeron que su padre no era musulmán y fue enterrado con un nombre falso. También alegaron que pudo ser envenenado.
En enero del año pasado, un tribunal dictaminó que su muerte no era sospechosa.
Sin embargo, sus hijos impugnaron esa decisión y pidieron al Tribunal Superior reabrir la investigación con nueva evidencia.
El Tribunal Superior devolvió el caso a un tribunal inferior, citando irregularidades en el primer fallo.
Pruebas tras la exhumación hallaron restos de pesticida, aunque los patólogos discreparon si esto causó su muerte.
El fallo del martes mencionó hallazgos de sustancias tóxicas en los restos y el suelo donde fue exhumado.
Pero también citó “resultados contradictorios de expertos” como razón por la que la causa de muerte “sigue desconocida”.
Reporte adicional por Anita Nkonge en Nairobi.
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