Los bomberos forestales de España tuvieron un comienzo de verano relativamente tranquilo, mientras el resto del sur de Europa ardía. Hasta que llegó agosto.
La ola catastrófica de incendios forestales en España ha dejado un saldo desolador. En solo dos semanas, más de 115.000 hectáreas han quedado calcinadas, tres personas perdieron la vida y miles fueron evacuados mientras las llamas arrasaban el país. Los peores focos, aún descontrolados, afectan a Orense, Zamora y Jarilla (Extremadura), con nuevos brotes en Argañán (Salamanca) y las provincias de Valencia y Málaga.
Los peores incendios de la historia bloquean carreteras y ferrocarriles
Las llamas interrumpieron la «Operación Salida» del jueves, un periodo clave de viajes estivales: una decena de vías cortadas y el tren Madrid-Galicia suspendido por los incendios de Orense. La Guardia Civil ha detenido o investiga a más de 30 personas desde el 1 de junio vinculadas a los fuegos, incluídas cinco nuevas arrestaciones el 14 de agosto. Entre ellos, un hombre de 46 años de A Gudiña (Orense), acusado de provocar dos incendios en Oímbra al usar un tractor bajo riesgo extremo. El suceso, iniciado el 12 de agosto, dejó a tres bomberos hospitalizados en A Coruña. El implicado enfrenta cargos por incendio imprudente y lesiones graves. Otros cuatro arrestos se produjeron en Castilla y León y Galicia, incluyendo uno que quemó 4.500 hectáreas.
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Castilla y León, la más golpeada por los peores incendios
Castilla y León es la región más afectada, con 20 focos activos al anochecer del jueves, más de la mitad de gravedad elevada (IGR 1 y 2). Allí se registró la tercera víctima mortal: un voluntario de 36 años herido el lunes en Nogarejas (León) al combatir un fuego iniciado en Molezuelas de la Carballeda (Zamora). Este infierno, que también se cobró la vida de Abel Ramos, de 35 años, es ya el incendio más destructivo de la historia en España, con 39.000 hectáreas arrasadas. Otro foco en Puercas de Aliste (Zamora) quemó 4.500 hectáreas. Siete heridos permanecen hosspitalizados en Valladolid, cuatro en estado crítico.
Aunque hubo avances, miles siguen evacuados en unos 20 municipios. En León, algunos vecinos de Quintana del Marco y Santa Elena de Jamuz pudieron regresar, pero la N625 (León-Santander) sigue cerrada por un incendio en Barniedo de la Reina. En Salamanca, se levantó el confinamiento en urbanizaciones de La Alberca, aunque se declaró un fuego grave (IGR 2) en Gallegos de Argañán.
Devastación.
Crédito: BomberosForestales X
Indicios de alivio
El jueves hubo noticias positivas: se controlaron incendios en Teresa de Cofrentes (Valencia, 504 ha), Tarifa (Cádiz, con 2.000 turistas evacuados) y Tres Cantos (Madrid, con un muerto y 2.000 ha quemadas). También se extinguío el fuego de Navalmoralejo (Toledo), que llegó a Cáceres y arrasó 3.200 hectáreas.
Polémica en la emergencia
En plena crisis, el PP presentó un documento acusando al Gobierno de rechazar contratar más aviones antiincendios, algo que Moncloa desmintió.
La salud de los bomberos pagará el esfuerzo. «Su esperanza de vida es casi una década menor que la población general», afirma Juan Carlos Martínez, responsable de Bomberos CSIF Madrid.
Enfermedades cardiovasculares y cáncer son consecuencias, pero tambien enfrentan patologías respiratorias, trastornos mentales y hasta dolencias autoinmunes.
«El cáncer nos afecta especialmente por los gases tóxicos que inhalamos», resume Martínez. «Cada vez hay más medidas de proteción, pero es imposible no exponerse».
Con 115.598 hectáreas calcinadas en agosto —casi el triple que en todo 2025—, España enfrenta una de sus peores temporadas de incendios, que pone a prueba la resistencia de comunidades y servicios de emergencia.