Las mismas monjas manifestaron su descontento con el traslado a la residencia de mayores. Crédito de la foto: Anton Herrington/Shutterstock
Tres monjas austriacas de avanzada edad han acaparado titulares tras fugarse de una residencia y regresar a su antiguo convento cerca de Salzburgo, desafiando a las autoridades eclesiásticas que previamente habían disuelto su comunidad religiosa.
Las mujeres, de 88, 86 y 82 años, abandonaron la residencia a principios de mes y fueron llevadas de vuelta al convento Kloster Goldenstein en Elsbethen, en las afueras de Salzburgo. Según los informes, las religiosas contaron con la ayuda de un cerrajero, antiguas alumnas de su otrora prestigioso colegio católico y otros simpatizantes.
El convento había sido el hogar de las Hermanas Misioneras de la Sangre Preciosa, una congregación conocida localmente por dirigir el colegio femenino Goldenstein, que funcionó durante más de un siglo antes de cerrar en 2014. A principios de 2024, la Archidiócesis de Salzburgo, junto con la Abadía de Reichersberg, disolvió formalmente la comunidad religiosa, alegando la avanzada edad de las hermanas restantes y su necesidad de cuidados profesionales. Las últimas monjas fueron posteriormente reubicadas en un centro geriátrico.
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No obstante, el 4 de septiembre, las tres hermanas regresaron a su antiguo convento. Sus partidarios informaron de que, a su llegada, el edificio carecía de agua corriente y electricidad. Simpatizantes les proporcionaron asistencia organizando chequeos médicos, suministros básicos y ayuda continua para hacer habitable el recinto. Las propias monjas han declarado que no estaban contentas con haber sido trasladadas a la residencia, describiendo el traslado como algo realizado en contra de su voluntad. Se citó a una de ellas diciendo que deseaba permanecer en Goldenstein hasta el final de sus días, insistiendo en que era su hogar legítimo. Los medios locales e internacionales han calificado el regreso como un acto simbólico de desafío, subrayando la determinación de las hermanas por mantener su independencia a pesar de su edad y fragilidad. La historia ha despertado un considerable interés público, con antiguas alumnas del colegio Goldenstein expresando su apoyo a la decisión de las monjas.
En un giro inesperado, las hermanas también han recurrido a las redes sociales para compartir su nuevo capítulo. Crearon una cuenta de Instagram donde publican actualizaciones diarias sobre la vida conventual, incluyendo la asistencia a misa, la jardinería y la preparación de comidas. En cuestión de días, la cuenta superó los 10.000 seguidores, llevando su historia a una audiencia global y conectándolas con simpatizantes mucho más allá de Austria. La Archidiócesis de Salzburgo ha confirmado que el convento ya no funciona como una comunidad religiosa activa. Las autoridades también han reconocido el regreso de las monjas, pero han subrayado que las disposiciones para su bienestar siguen bajo revisión. La Iglesia no ha proporcionado más detalles sobre si se permitirá a las hermanas permanecer de forma permanente en el convento o si podrían enfrentar presiones para volver al cuidado residencial.
El Convento de Goldenstein, situado contra el telón de fondo de los Alpes austriacos, tiene una profunda significación cultural y educativa para la región. Allí se educaron generaciones de mujeres hasta que el colegio cerró hace poco más de una década. Para muchos lugareños, la imagen de las ancianas hermanas regresando ha avivado los recuerdos del prominente papel del convento en la vida católica de Salzburgo. Los problemas de salud siguen siendo una cuestión apremiante. Las tres mujeres octogenarias y nonagenarias, y las autoridades han destacado la necesidad de cuidados e instalaciones adecuados, especialmente dada la falta de servicios modernos en el convento. Un médico de cabecera que visitó a las monjas tras su regreso supuestamente las consideró aptas para permanecer, al menos por el momento.
Por ahora, las hermanas permanecen en Goldenstein, apoyadas por leales amigos, antiguas alumnas y ahora miles de seguidores en línea. Su dramática fuga de la residencia y su determinado regreso a su convento ha suscitado un debate en Austria sobre la autonomía, el envejecimiento y los derechos de las mujeres religiosas en el ocaso de sus vidas.