ANN ARBOR, Michigan — Ryan Day no necesitaba complicarse la vida para finalmente romper la mala racha de cuatro derrotas que lo consumía. Solo necesitaba ser él mismo.
La presión suele sacar lo mejor o lo peor de los entrenadores. Para Ohio State, una mezcla peligrosa de ambos resultó en una crisis de identidad extraña: una racha de cuatro perdidas seguidas en “El Partido”, pero un récord de 52-1 contra todos los demás equipos del Big Ten.
El sábado, Day dejó de lado los cambios excesivos y volvió a lo que funciona. Michigan no tuvo respuesta.
“No creo que hubiera ninguna duda de lo que iba a pasar cuando entramos al estadio”, declaró Day después de la victoria por 27-9.
Un año después de que Ohio State intentara reinventarse para un solo oponente y demostrar algo contra Michigan abandonando su ofensiva aérea para jugar un football más físico, el entrenador lo mantuvo simple: solo hay que ser un Buckeye.
Julian Sayin lanzó pases potentes, soltando bombas de precisión para dos increíbles recepciones de touchdown por los súper receptores Jeremiah Smith y Carnell Tate. Luego, los Buckeyes se fueron por tierra, aplastando a Michigan y avanzando a través de la nieve en una sola posesión para demostrar algo: estos Buckeyes no solo son mejores, sino que son más grandes y fuertes que los Wolverines.
Una serie ofensiva de 20 jugadas que duró 11 minutos y 56 segundos en la segunda mitad —fácilmente la posesión más larga de la temporada— con una fuerte nevada fue una declaración más poderosa que cualquier bandera plantada en el medio campo.
“Queríamos terminar el juego en nuestros términos”, dijo Sayin.
Julian Sayin de Ohio State finalmente pudo hacer su caso por el Heisman en la victoria contundente de los Buckeyes sobre Michigan
Robby Kalland
Y, no, Ohio State no plantó su bandera ni pisoteó la “M” en el medio campo. Day se aseguró de eso, haciendo señas a un grupo ruidoso de Buckeyes para que volvieran a la banda después del partido. Day tenía mucho que decir después de finalmente vencer a su rival por primera vez desde 2019, pero se mordió el labio, añadiendo: “Lo mejor es ganar con humildad”.
Por otra parte, quizás esto es solo el comienzo de una nueva rutina y una racha de victorias en la rivalidad más feroz del deporte.
“Cuando piensas en dónde estábamos en esta época el año pasado y comparas con ahora, ha habido mucho football excelente”, dijo Day.
Quizás fue esa derrota 13-10 el año pasado dentro del gélido Ohio Stadium lo que despertó a Day. Algo cambió. Dieciséis victorias seguidas. Un título nacional. Ahora un récord de 12-0 después de perder 14 jugadores en el Draft de la NFL. Esto no debería tener sentido, pero en Ohio State lo tiene.
Ningún equipo está más en racha o es mejor debido a la renuencia de Ohio State a alejarse de una identidad autoimpuesta. Once victorias seguidas por doble dígito. Una defensa para la historia. Todo eso será desafiado la próxima semana en el Big Ten Championship Game contra el invicto Indiana, un equipo que está goleando a sus oponentes por un promedio de 33.4 puntos, el margen más amplio en el deporte desde que Florida State ganó el título nacional en 2013.
Por ahora, Day debería vivir el momento. Debería celebrar. Hace un año, los aficionados se volvieron contra el entrenador, abucheándolo para que se fuera de Ohio State, exigiendo respuestas después de perder una cuarta vez consecutiva contra Michigan y faltar al Big Ten Championship. El ruido externo era tan fuerte que la familia de Day contrató seguridad para vigilar su casa.
Cuatro años son una eternidad en el football universitario, pero una victoria contra un rival puede borrar muchos malos recuerdos.
“Puedes verlo en mi cara los últimos dos años”, dijo Day. “Sientes que estás defraudando a todos. Eso no es un buen sentimiento. Trabajas como un loco para asegurarte de hacer todo lo posible para preparar a tus jugadores. Eso es todo lo que puedes hacer. Eso es exactamente lo que pasó aquí”.
La ofensiva de Ohio State puede recibir los elogios, pero su defensa ha demostrado ser una de las mejores de los últimos 50 años. Ningún oponente ha anotado 17 puntos en esta temporada de 12 partidos, algo que no se veía en el deporte desde 1975 (Florida).
La ofensiva obtendrá los titulares, pero la defensa ha sido el pilar de toda la temporada. Ningún oponente llegó a 17 puntos en 12 partidos —algo que ningún equipo FBS ha logrado desde Florida en 1975. Michigan ni siquiera se acercó. Fuera de un arranque inicial y el único error de Sayin, los Wolverines fueron tragados por completo: 39 yardas totales en la segunda mitad, -8 yardas corriendo después de acumular 108 antes del medio tiempo.
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Tom Fornelli
“Sabíamos que lo que sea que nos trajeran lo íbamos a detener”, dijo el end defensivo Caden Curry.
Ohio State superó a Michigan 419-163 y se llevó la voluntad de su rival a algún lugar bajo la nieve.
A principios del cuarto cuarto, mientras los Buckeyes avanzaban en su posesión maratónica, el linebacker Sonny Styles miró a su compañero Payton Pierce y absorvió el momento. La nieve, lo que estaba en juego, la rivalidad.
“Estoy jugando en ‘El Partido’ ahora mismo”, dijo Styles. “Los dos equipos intentando llegar al Big Ten Championship. Está nevando. Es finales de noviembre. Es algo con lo que sueñas”.
La dominación durante toda la temporada puede parecer un sueño, pero esto es Ohio State. Los Buckeyes se sienten completamente cómodos con su identidad, totalmente conscientes de su poder.
“Definitivamente tenemos mucho más por delante y tenemos mucho más que demostrar”, dijo Curry. “Este equipo tiene una gran historia que necesita ser contada”.