El presidente Emmanuel Macron ha pedido a Sébastien Lecornu que regrese como primer ministro de Francia solo cuatro días después de que él renunciara al puesto, lo que provocó una semana de alto drama y agitación política.
Macron realizó el anuncio el viernes por la noche, horas después de reunirse con todos los partidos principales juntos en el Palacio del Elíseo, excepto los líderes de la extrema derecha y la extrema izquierda.
El regreso de Lecornu fue una sorpresa, ya que dijo en la televisión nacional hace solo dos días que no “buscaba el trabajo” y que su “misión había terminado”.
Ni siquiera es seguro que pueda formar un gobierno, pero tendrá que empezar a trabajar inmediatamente. El nuevo primer ministro tiene como plazo el lunes para presentar el presupuesto del próximo año ante el parlamento.
El Elíseo dijo que el presidente le había “encargado [a Lecornu] formar un gobierno” y el entorno de Macron indicó que se le había dado “carta blanca” para actuar.
Lecornu luego publicó un largo comunicado en X en el que aceptaba “por deber la misión que me confió el presidente, para hacer todo lo posible para darle a Francia un presupuesto para finales de año y responder a los problemas cotidianos de nuestros compatriotas”.
Las divisiones políticas sobre cómo reducir la deuda nacional de Francia y recortar el déficit presupuestario han llevado a la caída de dos de los últimos tres primeros ministros en el último año, así que su desafío es inmenso.
Lecornu dijo que “nadie podrá esquivar” la necesidad de sanear las finanzas públicas de Francia. Con solo 18 meses antes del final de la presidencia de Macron, advirtió que cualquiera que se uniera a su gobierno tendría que poner en pausa sus ambiciones presidenciales.
Lo que hace aún más difícil para Lecornu es que enfrentará una moción de confianza en una Asamblea Nacional donde Macron no tiene mayoría para apoyarlo. La popularidad del presidente alcanzó un mínimo histórico esta semana, según una encuesta de Elabe que situó su índice de aprobación en 14%.
Jordan Bardella de la Agrupación Nacional de extrema derecha, que no fue invitada a las conversaciones de Macron con los líderes partidarios el viernes, dijo que la renominación de Lecornu por un presidente “más aislado y desconectado que nunca en el Elíseo, es una broma de mal gusto”.
Su partido presentaría inmediatamente una moción de censura contra una coalición condenada, cuya única razón de ser era el miedo a unas elecciones, añadió Bardella.