Transformación del Aeropuerto de Palma: Un Rosario de Contratiempos

Las obras de remodelación del Aeropuerto de Palma tienen prevista su finalización para finales de 2026. Durante los últimos doce meses, aproximadamente, se han intensificado las críticas a la autoridad aeroportuaria Aena. Esto para un aeropuerto que actualmente maneja unos 33 millones de pasajeros al año; en temporada alta, alrededor de 150.000 diarios.

El director del aeropuerto, Tomás Melgar, afirma: “Este proyecto es esencial para que nos adaptemos a los tiempos cambiantes, pero somos conscientes de que se trata de una situación compleja”. La complejidad ha dado lugar a problemas criticados por pasajeros, sindicatos, asociaciones empresariales y partidos políticos tanto de derechas como de izquierdas: filtraciones, ascensores averiados, escaleras mecánicas fuera de servicio, rutas de entrada y salida engorrosas, interminables caminatas entre los puntos de control de seguridad y las puertas de embarque.

El derrumbe de un tramo de muro de varios metros de altura y el incidente de julio, cuando escombros atravesaron una cubierta cerca de la recogida de equipajes, no resultaron en heridos, pero fueron aprovechados por los críticos.

Aena atribuyó estos episodios a subcontractistas, quienes fueron debidamente penalizados. La presidenta Prohens calificó la gestión de Aena como “desastrosa”. Acusó a la operadora aeroportuaria de “utilizar el Aeropuerto de Son Sant Joan como una caja registradora para engordar sus arcas”. Los asuntos se plantearon en el Congreso y en el Senado.

Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels International, se refirió a la imagen “caótica y deteriorada” del aeropuerto. La presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares, Carmen Planas, afirmó que la situación era “deplorable”.

Los problemas continuos han avivado aún más la demanda de cogestión regional del aeropuerto. Desde la oposición de izquierdas, Més presentó en septiembre una moción al Parlamento Balear que pedía dicha cogestión. Esta fue apoyada por Prohens y el Partido Popular, quienes citaron “inundaciones, derrumbes en la obra, apagones durante la temporada alta y quejas sobre seguridad laboral” como evidencia de una gestión “deficiente e insostenible” por parte de Aena.

LEAR  Temporal en Ibiza: dos heridos graves y más de 200 turistas evacuados por desprendimiento de rocas en un hotel

El vicepresidente de Aena, Javier Marín, ha respondido declarando: “Estamos ejecutando obras por valor de casi 600 millones de euros en el tercer aeropuerto de España sin interrumpir las operaciones. Pedimos disculpas por las molestias, pero consideramos que la gestión del equipo de Aena, tanto a nivel local como corporativo, es muy buena”.

Marín subraya el objetivo principal: “Ofrecer un aeropuerto más moderno y eficiente, adaptado a las necesidades de los pasajeros, empleados y aerolíneas, brindando el servicio de calidad que Mallorca merece”.