El pasado 7 de septiembre, un Tesla se salió de la carretera en Schwerte, Renania del Norte-Westfalia, impactó contra un árbol y se incendió, cobrándose la vida de un hombre de 43 años y dos niños de nueve años. Este trágico suceso constituye el último accidente mortal que ha puesto en tela de juicio la seguridad de los vehículos eléctricos.
Las víctimas quedaron atrapadas en el interior del vehículo en llamas, imposibilitadas para abrir las puertas. Un tercer menor logró escapar y fue trasladado en helicóptero a un hospital. Según se relata, vecinos de la zona intentaron el rescate pero no consiguieron accionar los mangos retráctiles de las puertas, los cuales dependen de un sistema electrónico que puede fallar tras una colisión. Los bomberos enfrentaron grandes dificultades para sofocar el incendio debido a reigniciones continuas, un problema habitual en los siniestros con coches eléctricos. La asociación automovilística alemana, ADAC, ya había advertido en abril de 2024 sobre los riesgos de estos mecanismos en caso de pérdida de energía. La policía local se encuentra investigando las causas del accidente y el fallo de los sistemas eléctricos.
¿Qué tan peligrosos son los incendios de Tesla y VE?
La percepción de que son frecuentes deviene de su alta visibilidad, amplificada por la cobertura mediática y el prominente perfil de Tesla. No obstante, cifras de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios de EE. UU. indican que los incendios en vehículos eléctricos son menos comunes que en los de combustión: aproximadamente 25 por cada 100,000 vehículos eléctricos frente a 1,530 por cada 100,000 de gasolina. Aun así, su naturaleza espectacular, con llamas de gran intensidad y las complejidades para el rescate, exacerban el dramatismo y el factor miedo.
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Las baterías de iones de litio pueden incendiarse de manera súbita, generando calor extremo y gases tóxicos, y son propensas a la “fuga térmica”, un fenómeno de reignición que se vio en Schwerte. Los mangos retráctiles, como los de Tesla, pueden inmovilizar a los ocupantes si hay una pérdida de energía, y las opciones de desbloqueo manual suelen ser difícil de localizar bajo estrés. Estos factores complican enormemente las labores de rescate.
¿Está Tesla abordando estos problemas de seguridad?
Tesla se encuentra investigando activamente el caso. La Administración Nacional de Seguridad Vial de EE. UU. está examinando 174,000 unidades del Model Y por problemas con los mangos de las puertas tras incidentes similares. Tesla también ha mejorado la seguridad de sus baterías mediante actualizaciones de software y mejoras estructurales, aunque no se han divulgado acciones concretas relacionadas con el accidente de Alemania. Las investigaciones en curso y la presión pública apuntan a que la compañía está refinando sus diseños para mitigar estos riesgos.
