Una tradición única catalogada por la UNESCO. Crédito: Kelvin Kay / Creative Commons
La Navidad en Mallorca es un periodo en el que el auténtico espíritu de la isla se manifiesta a través de un rico mosaico de tradiciones transmitidas de generación en generación. Estas costumbres no solo definen cómo los mallorquines celebran, sino que además ofrecen a los visitantes una visión privilegiada del patrimonio cultural de esta isla mediterránea. Desde principios de diciembre hasta enero, la temporada festiva de 2025 y principios de 2026 promete calidez, color y comunidad.
Lejos de ser eventos aislados, la Navidad en Mallorca constituye un calendario interconectado de prácticas religiosas, culturales y sociales. Cada celebración se enlaza con la siguiente, transformando Palma y los pueblos de alrededor en bulliciosos puntos de encuentro donde la historia y la vida contemporánea se fusionan sin fisuras durante las semanas invernales.
Las luces que marcan el inicio de la Navidad
El comienzo oficial de la Navidad en Palma lo señala el encendido de las luminarias festivas, que suele tener lugar a finales de noviembre o principios de diciembre. Miles de personas se congregan en la Plaça de Cort, el Passeig del Born y la Avinguda Jaume III para presenciar el momento en que la ciudad se ilumina. Familias y amigos se reúnen para disfrutar del espectáculo, que establece un tono alegre para las semanas venideras.
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Una vez encendidas las luces, los mercadillos navideños se convierten rápidamente en un foco de la vida cotidiana. Los mercados de la Plaza España y sa Feixina ofrecen artesanía manual, adornos y dulces tradicionales. El aroma de las castañas asadas y de los dulces festivos impregna el ambiente, creando una atmósfera acogedora y cálida que se ha convertido en un sello distintivo de la Navidad palmesana.
Belenes y música festiva
Visitar belenes es otra tradición muy arraigada. Pueden encontrarse montajes por toda la ciudad, destacando el belén de Cort, el del Centro de Historia y Cultura Militar, la Catedral de Mallorca y numerosas iglesias parroquiales. Estas representaciones exhiben una artesanía excepcional y atraen a visitantes de todas las edades.
La música añade una dimensión emocional a la temporada. Durante todo diciembre, coros y agrupaciones musicales interpretan villancicos en iglesias y plazas públicas. Desde coros infantiles hasta formaciones profesionales, estos conciertos llenan Palma de melodías festivas y brindan momentos de celebración y reflexión compartida.
Una tradición única catalogada por la UNESCO
Uno de los momentos más conmovedores de la Navidad mallorquina tiene lugar en Nochebuena, durante la Misa del Gallo, con la interpretación del Canto de la Sibil·la. Reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2010, este canto medieval constituye una experiencia poderosa y solemne, especialmente en la Catedral de Palma.
La gastronomía juega un papel central durante las fiestas. Dulces tradicionales como las neules, el turrón, los polvorones, el mazapán y los pasteles de almendra aparecen en las mesas de toda la isla. Estas recetas, transmitidas generacionalmente, siguen siendo una parte esencial de la Navidad en Mallorca en 2025.
Despedida del año y bienvenida al nuevo
La Nochevieja se celebra con cenas familiares y reuniones de amigos, seguidas de la tradición de tomar las doce uvas a medianoche para recibir a 2026 con buena fortuna. La Plaça de Cort suele llenarse de gente que celebra junta, aunando reflexión, esperanza y alegría.
En la tarde del 31 de diciembre, muchos residentes participan en la carrera San Silvestre, una popular y festiva prueba que recorre las calles de Palma. Acompañada a menudo de disfraces y un ambiente desenfadado, se ha convertido en una forma divertida y saludable de cerrar el año.