Trabajadores del centro de animales siguen sin cobrar meses después

El problema surge a pesar de la adjudicación de un nuevo contrato de gestión a principios de este año. Crédito de la foto: Google maps

El centro de protección animal en Orihuela vuelve a enfrentar una grave precariedad financiera después de que la asociación responsable de su gestión reportara cuatro meses de facturas impagadas por parte del consistorio local. La organización sin ánimo de lucro Asoka, que gestiona el Centro de Protección de Animales de Orihuela, afirma que sus nueve empleados no han percibido sus salarios desde junio, lo que supone tres meses consecutivos sin cobrar. Adicionalmente, el pago correspondiente a abril sigue pendiente, lo que significa que el único mes liquidado en los últimos cinco ha sido el de mayo.

Esta situación ha obligado al personal a tomar decisiones difíciles. Con alrededor de 150 animales actualmente a su cargo, han optado por priorizar el pago a los veterinarios y la cobertura de suministros esenciales como comida y material de limpieza, en detrimento de sus propios salarios. Voluntarios y residentes compremetidos con la causa del centro han intervenido donando pienso y productos de limpieza, lo cual ha ayudado a paliar algunas de las presiones más inmediatas.

El problema se produce a pesar de la concesión de un nuevo contrato de gestión a principios de este año. En mayo, el ayuntamiento aprobó un acuerdo trianual por un valor de 778.392 euros, aproximadamente 260.000 euros anuales, para la recogida, mantenimiento y gestión de animales abandonados, perdidos e incautados en el municipio. El contrato, que también incluye el cuidado de colonias de gatos ferales, la educación en tenencia responsable y el mantenimiento de las instalaciones, no se firmó hasta agosto, tres meses después de su adjudicación. Este vacío contractual dejó al centro operando sin un contrato formal desde abril hasta finales del verano, una situación que ya se había producido en 2021 cuando expiró el contrato anterior. A pesar de la mayor dotación económica en comparación con acuerdos previos, la continuidad del servicio vuelve a estar en entredicho.

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Fuentes municipales han respondido subrayando que los pagos se realizan conforme a los plazos contractuales y han prometido que las cantidades pendientes se liquidarán “en breve”. Enfatizaron que es la propia entidad gestora la responsable de administrar los fondos una vez recibidos.

Asoka ha destacado en reiteradas ocasiones el papel crucial que desempeña el refugio, ocupándose de cientos de animales cada año. Sus instalaciones, ubicadas en Lo Arques de San Bartolomé, están autorizadas para albergar perros, gatos, caballos, aves y pequeños rumiantes, y cuentan con zonas de cuarentena, espacios de maternidad, un quirófano y almacén para material médico y de limpieza. Las autoridades locales han insistido en que el objetivo del contrato es garantizar altos estándares de bienestar animal. No obstante, con repetidos retrasos en los pagos y el personal con salarios pendientes desde hace meses, la estabilidad del servicio continúa en tela de juicio.