Trabajador de hotel en Mallorca con mandíbula fracturada por turista británico dice que su vida "ha quedado arruinada"

Un empleado de hotel en MAGALUF, al que un turista británico le rompió la mandíbula, afirma que su vida "ha quedado arruinada".

En declaraciones al periódico Ultima Hora de Mallorca, expresó su indignación porque el agresor ya está en el Reino Unido tras pagar una fianza de solo 1.000 euros.

Mientras tanto, este padre casado y con tres hijos debe tomar pastillas para dormir y se alimenta con una pajita.

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Un altercado estalló en la madrugada del 1 de junio cuando tres personas que no se hospedaban en el hotel (cuyo nombre no se revela) intentaron acceder a la habitación de una huésped.

El valiente empleado, de 29 años, les bloqueó el paso y recibió un puñetazo en la mandíbula del británico de 33. La víctima sufrió una fractura y perdió varios dientes, mientras que el trío huyó.

La Guardia Civil registró hoteles cercanos hasta dar con el turista, que fue arrestado en su habitación. Posteriormente, lo llevaron ante un juez por causar lesiones graves, pero quedó en libertad.

El trabajador prefirió mantenerse anónimo en la entrevista. Su conocimiento de las pulseras identificativas del hotel le permitió deducir rápidamente que los tres no eran clientes.

"Querían subir al ascensor y les dije que no podían estar ahí", relató a Ultima Hora. "Había una chica muy borracha que empezó a empujarme y amenacé con llamar a la policía. La mujer me arrebató el móvil y lo apagó. Unos segundos después, en una pelea, uno de ellos me dio un puñetazo que me rompió la mandíbula", añadió.

El grupo huyó, y el empleado quedó impactado por la actitud del recepcionista: "Asomó la cabeza desde su puesto, volvió a sus quehaceres como si nada y ni siquiera llamó a la policía".

Él mismo llamó ayuda con su teléfono, llegando agentes de la Guardia Civil y el vigilante de seguridad del hotel.

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La víctima pasó tres días en el hospital tras una cirugía de urgencia para reconstruir su mandíbula dañada. Una de las consecuencias fue perder 3.000 euros invertidos en un curso académico que, por ahora, no puede continuar.

"Esto ha truncado mis planes a corto plazo de superarme, pero el director de la academia comprende lo ocurrido y podré retomarlo cuando mejore", comentó.

También criticó al hotel, que mientras él estaba en quirófano, llamó a su esposa solo para preguntar cuánto tiempo faltaría al trabajo. "Solo les importaba eso", afirmó.