PACMA: “Es la hipocresía política en su máxima expresión.” Crédito: bodiaphvideo / Shutterstock.com
La plaza del ayuntamiento de Denia se llenó con activistas por los derechos de los animales sosteniendo salvavidas—no para personas, sino para toros. El gesto simbólico marcó una nueva protesta contra Els Bous a la Mar, celebrada el domingo 6 de julio, un evento tradicional de toros que se realiza anualmente en esta localidad costera valenciana. Organizada por PACMA, el partido animalista español, junto con el colectivo local Denia Animal Save, la manifestación reunió a decenas de manifestantes de todo el país para denunciar lo que describen como un “espectáculo cruel e innecesario”.
El presidente de PACMA, Javier Luna, estuvo presente, advirtiendo que “toros estresados son forzados a lanzarse al mar, arriesgándose a ahogarse”, y acusando al ayuntamiento y a la Generalitat Valenciana de promover el maltrato animal bajo el disfraz del patrimonio cultural. La protesta culminó con una marcha hacia la plaza de toros portátil instalada cerca del puerto, donde Luna condenó la presencia de niños en el público, tildándolo de “una forma de adoctrinamiento en la violencia”.
¿Tradición o tormento?
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Las fiestas de Bous a la Mar, reconocidas como Fiesta de Interés Turístico Nacional, consisten en toros perseguidos por las calles antes de ser atraídos o empujados hacia el puerto, a menudo por provocadores conocidos localmente como arriscadors. Mientras que el evento supuestamente combina emoción y tradición, los defensores de los animales argumentan que no es más que maltrato institucionalizado.
“Es absurdo y peligroso”, dijo un manifestante, rodeado de pancartas en la Plaza de la Constitución de Denia. “No le veo la gracia a ver cómo un animal aterrorizado colapsa de agotamiento o se ahoga frente a una multitud que vitorea”.
PACMA ha documentado muertes y lesiones de animales en ediciones anteriores del festival. En 2023, un toro se ahogó, su cuerpo sin vida fue sacado del agua en imágenes que se viralizaron en redes sociales. Al año siguiente, otro murió de un paro cardíaco. El partido afirma que estos no son casos aislados, sino síntomas de una práctica profundamente problemática.
A pesar de ello, el apoyo local al evento sigue siendo fuerte. Algunos residentes tachan las protestas de exageradas. “No les hacemos tanto daño como dicen”, comentó un hombre del pueblo. Otro afirmó que los toros “quieren entrar al mar por sí mismos”, una creencia difícil de conciliar con la angustia evidente en muchos animales durante el evento.
Un choque de valores
Para PACMA, el problema no es solo el bienestar animal—es qué tipo de sociedad quiere ser España. “El PSOE y Compromís hablan de educación y protección animal, pero siguen financiando estas atrocidades con dinero público”, afirmó Luna. “Es hipocresía política en su máxima expreción.”
Señaló especialmente la participación de niños en estos eventos, advirtiendo que exponerlos a violencia contra animales envía un mensaje equivocado. “¿Qué valores se enseñan cuando las instituciones invitan a familias a ver sufrir a los animales?”, preguntó.
PACMA prometió seguir presionando a gobiernos locales y autonómicos para abolir las fiestas taurinas por completo. Su campaña combina denuncias legales, difusión mediática y acción directa, como la protesta del domingo. “Pedimos a tods los ciudadanos que no sean cómplices del sufrimiento animal”, declaró el partido. “Estas tradiciones no deben transmitirse a las próximas generaciones.”
Defendiendo el patrimonio local
Sin embargo, la protesta recibió una respuesta contundente de la delegación del Partido Popular (PP) en Denia, que defendió Els Bous a la Mar como “parte integral del patrimonio cultural y emocional de la ciudad”. El PP prometió proteger el evento si vuelve al poder, insistiendo en que contribuye no solo a la identidad comunitaria, sino también a la economía y el turismo locales.
“Esta es una fiesta que se vive con respeto, tradición y profundo sentimiento”, dijo la portavoz local del PP, Pepa Font. “Quienes la critican desde fuera, o desde una ideología radical, simplemente no la entienden”.
El PP también abordó directamente las preocupaciones sobre el bienestar animal, afirmando que el evento se realiza “cumpliendo todas las normativas vigentes” e incluirá supervisión veterinaria y protocolos de seguridad para proteger tanto a animales como participantes. “Los toros están cuidados”, insistió Font, “pero no renunciaremos a nuestra identidad.”
Una comunidad dividida
La batalla por Els Bous a la Mar es parte de un conflicto más amplio en España, donde tradiciones regionales que involucran animales—corridas de toros, encierros y otros espectáculos rurales—son cada vez más cuestionadas por grupos animalistas y generaciones más jóvenes. Pero para muchos locales, estos eventos no son solo entretenimiento, sino una forma de vida, vinculada a recuerdos familiares, ritmos estacionales y un sentimiento de pertenencia.
Si futuras ediciones del festival continúan, se adaptan o desaparecen está por verse. Lo que está claro es que Denia, como muchas ciudades españolas, navega una encrucijada cultural—en la que patrimonio y ética chocan cada vez con más fuerza.
Cuando la protesta terminó y los toros volvieron a zambullirse en el Mediterráneo, la imagen de los salvavidas en alto de los manifestantes persistió en el aire—símbolos no solo de protesta, sino de un movimiento creciente que cuestiona si las costumbres centenarias deben evolucionar para ajustarse a los estándares morales actuales.
