Toda la iglesia inicia un viaje de dos días por la ciudad sueca de Kiruna

Erika Benke
BBC Noticias, Kiruna

Reuters

El viaje de la iglesia por Kiruna comenzó temprano el martes por la mañana.

Un emblemático templo de 113 años, en riesgo por hundimientos del suelo, está siendo trasladado completo en un recorrido de 5 km por una carretera en el extremo norte de Suecia.

La enorme estructura de madera roja en Kiruna, que data de 1912, fue levantada sobre plataformas rodantes gigantes y ahora comienza su traslado al nuevo centro urbano.

Avanzando a una velocidad máxima de 500 metros por hora, el viaje tomará dos días.

El antiguo centro de la ciudad está en peligro por grietas en el suelo tras más de un siglo de extracción de hierro. El traslado de la iglesia es el momento más espectacular y simbólico de la reubicación masiva de edificios en Kiruna, ubicada 145 km al norte del Círculo Polar Ártico.

En palabras de la estratega cultural Sofia Lagerlöf Määttä: “Es como decir, por fin, hagámoslo. Llevamos esperando tantos años”.

“Hemos hecho mucha preparación”, dice Stefan Holmblad Johansson, el encargado del proyecto. “Es un evento histórico, una operación enorme y compleja sin margen de error. Pero todo está bajo control”.

Su calma refleja años de planificación.

A mediados de la década de 2010, otros edificios de Kiruna ya estaban siendo movidos a terreno seguro. La mayoría se demolieron y reconstruyeron, pero algunos se trasladaron intactos.

Entre ellos están construcciones en Hjalmar Lundbohmsgården, como la fila amarilla de tres casas antiguas de madera y la antigua casa del gerente minero Hjalmar Lundbohm, dividida en tres partes.

LEAR  Robo de cable en España interrumpe viajes en tren para miles, dicen autoridades.

La torre del reloj del antiguo ayuntamiento también fue movida y ahora está junto al nuevo edificio.

Robert Ylitalo

La iglesia ha estado en su ubicación actual desde 1912.

Según la ley sueca, no se puede minar bajo edificios. Robert Ylitalo, director de la empresa de desarrollo de Kiruna, explica: “No hay riesgo de que la gente caiga por grietas. Pero las fisuras dañarían el agua, la electricidad y el alcantarillado. La gente debe mudarse antes de que falle la infraestructura”.

LKAB, operadora de la mina y principal empleador de Kiruna, cubre los costos de reubicación, estimados en más de 10 mil millones de coronas suecas (737 millones de libras).

La iglesia mide 35 m de alto, 40 m de ancho y pesa 672 toneladas. Fue votada como el edificio más bonito de Suecia construido antes de 1950.

Mover una estructura tan grande es un logro inusual. En vez de desarmarla, ingenieros la trasladan en una pieza, sostenida por vigas de acero y transportadores modulares autopropulsados.

“El mayor desafío fue preparar la carretera para un edificio tan ancho”, dice Johansson. “La ampliamos a 24 metros y quitamos postes, semáforos y un puente que ya iba a demolerse”.

Entre los aspectos más delicados está proteger los tesoros interiores, especialmente el gran cuadro del altar pintado por el príncipe Eugen de la familia real sueca.

“No es algo colgado de un gancho que solo quitas”, explica Johansson. “Está pegado directamente al muro, así que quitarlo sin dañarlo sería difícil. Permanecerá dentro durante el traslado, cubierto y estabilizado. Lo mismo con el órgano de 1.000 tubos”.

LEAR  Gobierno creará Alto Comisionado para las Áreas Afectadas por Dana

Reuters

La iglesia fue levantada sobre una unidad de transporte con ruedas.

LKAB

Partes internas fueron aseguradas con andamios metálicos.

Para los residentes, el traslado es más que una maravilla de ingeniería: es un momento emotivo.

“La iglesia ha sido un centro espiritual y de reunión para la comunidad por generaciones”, dice Lagerlöf Määttä, quien recuerda entrar por primera vez de niña con su abuela. “El traslado nos trae recuerdos de alegría y tristeza, y ahora llevamos esos recuerdos al futuro”.

Stefan Holmblad Johansson, también miembro del coro gospel, comparte ese sentimiento: “Es una tarea muy especial. La iglesia fue construida hace más de 100 años para el municipio por LKAB. Ahora la movemos. No hay otra opción”.

Reuters

La iglesia deja un lugar donde realmente pertenece, dice la vicaria Lena Tjärnberg.

Para ella, el momento tiene un significado profundo.

“Todos saben que debe reubicarse: vivimos en una comunidad minera y dependemos de la mina. Agradezco que la llevemos al nuevo centro, pero también hay tristeza al verla partir del suelo donde se convirtió en iglesia”.

Mientras los enormes muros comienzan a moverse, miles de residentes y visitantes —incluido el rey Carlos Gustavo de Suecia— se alinearán en la ruta.

Televisión sueca transmite en vivo todo el viaje como “slow TV”, marcando un raro momento en que la historia no solo sobrevive al cambio, sino que se mueve con él.