El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió un doctorado *honoris causa* el martes de una academia castrense, en medio de la tensa confrontación que mantiene Caracas con Estados Unidos en el Caribe.
Ataviado con una medalla, una gorra roja y una toga negra, Maduro obtuvo el título en «ciencias de la seguridad» de la Universidad Militar Bolivariana, una de las doce academias castrenses del país. Esto ocurre mientras Venezuela se enfrenta al despliegue de buques de guerra estadounidenses que, desde hace seis semanas, operan frente a sus costas.
Las fuerzas de EE.UU. han interceptado y destruido embarcaciones que, según alegan, transportaban drogas procedentes de Venezuela. Mientras, Caracas ha comparado dicho despliegue con un estado de sitio.
«Llevo mi toga y mi gorra de combate», declaró Maduro en referencia a su característica boina, que evoca la que solía llevar su difunto mentor, el icono socialista Hugo Chávez.
Maduro pronunció un discurso en el auditorio de la universidad, acompañado por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y otros altos oficiales militares.
Al impartir una «clase magistral» tras recibir el título, el líder izquierdista defendió con firmeza su respuesta ante las acciones de Estados Unidos.
Ha puesto al país en alerta máxima y afirmó estar preparado para decretar un estado de excepción que le otorgaría facultades especiales en materia de defensa y seguridad, en caso de que la «embestida» estadounidense *se intensifique*.
Maduro sostuvo que su respuesta estaba diseñada para «flexionar el músculo nacional» y defender la soberanía de Venezuela.
Asimismo, rechazó las acusaciones del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, que asegura que el ejército venezolano colabora con carteles de la droga.
«Desautorizo y repudio los comentarios de Marco Rubio y defiendo la honorabilidad de nuestros soldados», afirmó Maduro.
El expresidente de EE.UU., Donald Trump, afirmaba que el propio Maduro encabeza un cartel de drogas y anunció el envío de buques de guerra con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico.
Estados Unidos ofrece actualmente una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro.
Venezuela y otros países latinoamericanos temen que el despliegue pueda ser un experimento de cerco como preludio de un ataque para derrocar a Maduro, a quien gran parte de Occidente considera un autócrata represivo y corrupto que habría fraudulentado las dos últimas elecciones.
– Times/AFP/agencias
