Se necesita mucho para ser la figura más polémica en Hollywood, especialmente cuando todavía existe Mel Gibson. Y aún así, de alguna manera, en una carrera que ni siquiera a comenzado, Tilly Norwood ha sido inundada de desprecio.
Esto es por la simple razón de que Tilly Norwood no existe. A pesar de tener una apariencia que es una extraña fusión de Gal Gadot, Ana de Armas y Vanessa Hudgens de la época de High School Musical, Norwood es la creación de un estudio de talento de inteligencia artificial (IA) llamado Xicoia. Y si hay que creerle a Xicoia, entonces Norwood representa el futuro deslumbrante de la industria cinematográfica.
Presentada este fin de semana en el festival de cine de Zúrich, Norwood ha sido promocionada como la próxima Scarlett Johansson, con estudios aparentemente ansiosos por trabajar con ella y una agencia de talentos lista para representarla. Claro, también hay que señalar que su sola existencia es suficiente para llenar el estómago con una sensación de miedo incontrolable por todo el futuro de la humanidad, pero así es Hollywood.
La reacción negativa contra Norwood hasta ahora ha venido de actores, cuyos trabajos ella amenaza con reemplazar. Melissa Barrera de Scream escribió: “Espero que todos los actores representados por el agente que hace esto, los dejen,” en sus historias de Instagram, mientras que Mara Wilson de Matilda escribió: “¿Y qué pasa con los cientos de mujeres jóvenes cuyos rostros se combinaron para crearla a ella? ¿No pudieron contratar a ninguna de ellas?”. Ralph Ineson de Los Cuatro Fantásticos fue un poco más directo, publicando “Váyanse al diablo” en X.
Lo increíble es que la carrera actoral de Norwood hasta ahora solo comprende un único sketch de comedia generado por IA llamado AI Commissioner. “Puede que sea generada por IA, pero estoy sintiendo emociones muy reales en este momento,” escribió Norwood en su página de Facebook el día de su lanzamiento. “¡Estoy muy emocionada por lo que viene!”
Sin embargo, tu reacción al sketch puede variar. Mientras que a un nivel puramente técnico es asombroso ver a varias personas que casi parecen humanas moverse en la pantalla, también es sin sentido y espeluznante y – lo más condenatorio de todo – implacablemente poco gracioso de ver. Una cosa es ver a alguien cuyos dientes perfectos se diluyen en un único bloque blanco en su boca, pero otra muy distinta es verlos usados para pronunciar diálogos mal escritos y entregados de manera rígida. Además, vale la pena señalar que, en los dos meses desde su lanzamiento, AI Commissioner actualmente solo tiene unas 200.000 visitas. Para comparar con otro video lanzado más o menos al mismo tiempo, esto lo hace 14 veces menos exitoso que el episodio de Macaulay Culkin en Hot Ones (2.8 millones de visitas).
Sin embargo, la amenaza es real. Por cada persona que actualmente trabaja en la industria del entretenimiento que ve a Norwood y sus semejantes como un reemplazo de baja calidad, hay incontables otras fuera que carecen de los recursos (o, algunos podrían argumentar, la creatividad) para hacerse un nombre. Aquí es donde entran los actores, guionistas y directores de IA. En otras palabras, incluso si significa que el mercado pronto estará inundado de basura absoluta, la apuesta es que ella llegó para quedarse.
Por no mencionar que, para algunos en el establishment de Hollywood, Norwood representa el ideal platónico de cómo debería ser un actor. Imaginen una creación que es completamente dócil a los deseos de directores y productores. Sin ego. Sin aportes creativos. Sin salarios enormes o un envejecimiento poco atractivo con que lidiar. Si hubiera sido Norwood quien protagonizó El Mago de Oz en lugar de Judy Garland, entonces Louis B. Mayer no habría necesitado ponerla a dieta de sopa de pollo, café negro, pastillas para adelgazar y cigarrillos. ¿No es ese el sueño?
Un pequeño consuelo es que las personas que eligen si la IA se adopta como una norma en el cine son los espectadores. Como con todo en Hollywood, lo que determinará la carrera de Norwood por encima de todo es su viabilidad financiera. Si, como especie, decidimos que queremos pagar dinero para ser perturbados por una chica bonita que no puede decidir cuántos dientes se supone que debe tener en un momento dado, entonces la IA estará con nosotros por generaciones venideras. Pero dijimos que el 3D era el futuro del cine cuando Avatar salió por primera vez hace quince años. Tomó tres malas películas para matar esa moda, así que no es imposible imaginar que lo mismo pase aquí.
Aún así, la buena noticia es que sabemos quién es la próxima Scarlett Johansson. Y si Hollywood está dispuesto a apostar a que este es el caso, entonces me gustaría alertarles sobre la existencia del Sr. Bonkybum, que es una cara sonriente que acabo de dibujar en un calcetín. Él es el próximo Tom Hanks, y está buscando un contrato millonario.