Muchos extranjeros en España se quejan de que las calles están llenas de excrementos de perro, pero ¿es realmente cierto y qué se está haciendo, si acaso, para solucionarlo?
España es un país de amantes de los perros.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 40% de los hogares españoles tiene un perro.
De hecho, aunque cueste creerlo, en España hay más perros que niños.
Mientras que hay poco más de 6 millones de niños menores de 14 años, existen más de 7 millones de perros registrados en el país.
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Pero una molestia para muchos extranjeros es la cantidad de cacas de perro en calles, plazas y parques.
Los últimos cálculos indican que en España se limpian hasta 675.000 toneladas de popó al año.
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Muchos dueños llevan una botella con agua y detergente o vinagre para limpiar la orina, además de bolsitas para recoger las heces.
Sin embargo, algunos parece que hacen la vista gorda o simplemente no se dan cuenta cuando sus mascotas dejan regalitos en las aceras.
¿Hasta qué punto es verdad que España tiene un problema con los excrementos caninos? ¿Hay más cacas que en otros países, o solo lo parece?
Un factor a considerar es cómo viven los españoles: la mayoría reside en pisos sin jardín, lo que explica por qué las calles están más sucias.
Mientras que en Reino Unido el 87% de las viviendas tiene jardín, en España la cifra no llega al 30%.
En resumen, tantos perros y tan pocos jardines derivan en más cacas en la vía pública.
Además, en España hay pocas playas aptas para perros, y el hecho de que algunos dueños no limpien tampoco ayuda a promover más espacios así.
Pero este no es un problema exclusivo de España, sino urbano y global. Ciudades como París, Roma o Londres también lidian con él.
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Aunque no hay estudios globales, algunas investigaciones, como la de Protect my Paws en EE.UU. y Reino Unido, analizan el tema.
Y aunque sea más visible en España, no significa que no se tomen medidas.
De hecho, Barcelona es la tercera ciudad europea que mejor gestiona este problema, según un estudio de Tails.com.
Sus multas de hasta €1.500 son un gran incentivo, aunque otras zonas van más allá.
En más de 35 municipios, los dueños deben registrar el ADN de sus perros en una base de datos para multar a los infractores.
España fue pionera en esto: Brunete (Madrid) empezó en 2013 enviando las heces por correo a los dueños negligentes.
No es que a los españoles no les moleste; según la OCU, es la suciedad que más indigna.
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No es un tema cultural, sino una combinación de vida urbana, muchos perros y falta de civismo de algunos. Como en todo el mundo.
Por último, no todos los dueños que no recogen lo hacen a propósito, pero mirar el móvil o pasear sin correa no ayuda a detectar cuándo el perro ensucia.
