El miércoles, Cardi B declaró que no tocó a una guardia de seguridad que alega que la rapera le cortó la cara con una uña y le escupió durante una pelea fuera de la consulta de su obstetra, cuando el embarazo de la estrella aún no era público.
“Ella no pudo obtener un rasguño de mi parte porque yo no la toqué”, dijo Cardi en el estrado durante su segundo día de testimonio en un tribunal del condado de Los Ángeles.
Ron Rosen Janfaza, el abogado de la demandante, Emani Ellis, le preguntó si estaba enojada. “¡Sí, estaba enojada! ¡Porque estoy embarazada!”, respondió Cardi. “¡Y esta chica estaba a punto de darme una paliza!”
Reconoció que la discusión se puso muy acalorada –repitiendo en la corte buena parte de los insultos que se dijeron– y que en un momento estuvieron pecho con pecho, pero dijo que la pelea nunca se volvió física.
“Ella no me tocó”, dijo Cardi. “Iba a tocarme, pero no llegó a hacelo”.
La consulta del obstetra había sido cerrada a otros pacientes un sábado para su privacidad. Dijo que Ellis, una guardia de seguridad del edificio, la siguió hasta su cita en el quinto piso. Cardi escuchó a Ellis decir su nombre por teléfono y parecía estar grabándola. Cardi temió que Ellis revelaría que estaba embarazada.
“Le dije: ‘¿Por qué me grabas?'”, testificó Cardi. “Y ella dijo: ‘Oh, lo siento’. Casi se disculpó”.
Pero la discusión se calentó cada vez más, dijo. “Mientras discutiamos, ella me empujaba, se me acercaba caminando”, dijo Cardi.
Ambas mujeres tienen 32 años y aproximadamente la misma estatura, pero Cardi dijo que Ellis era más grande que ella.
“Ella es como, de contextura robusta”, dijo Cardi. “Simplemente se veía un poco como que podía proteger el edificio”.
Bajo un interrogatorio más amable de uno de sus propios abogados, Cardi explicó por qué mantenía en secreto su embarazo en ese momento, siete meses después del lanzamiento de su primer gran éxito, “Bodak Yellow”, cuando aún estaba en su “primer año” de fama.
“Me estaba acostumbrando a las cosas”, dijo. “Estaba tan preocupada por lo que todos decían y pensaban. Pensé que estaba defraudando a mucha gente”.
Pero dijo, más allá de eso, que valora mucho su privacidad en todos los asuntos médicos, “especialmente algo tan sagrado como un embarazo. Es tuyo”.
Una parte importante del testimonio se centró en las uñas acrílicas con rhinestones que Cardi tenía esa semana, y si podían causar el daño que se alega. “No era una forma que dañara, era forma de ataúd”, dijo. “No eran afiladas”.
Ellis testificó anteriormente en el juicio que el incidente la dejó humillada y traumatizada, y que la cicatriz en su cara requirió cirugía estética. Ellis, quien perdió su trabajo por el incidente, busca una indemnización que incluye gastos médicos, compensación por sufrimiento emocional y físico, y salarios perdidos, junto con daños punitivos. No especifica un monto total en la demanda, pero Cardi dijo desde el estrado que “me demanda por 24 millones de dólares”.
Tierra Malcolm, la recepcionista del consultorio que se interpuso entre las dos mujeres y separó la discusión, dio testimonio el miércoles que en su mayoría respaldaba la versión de Cardi.
Dijo que salió al pasillo tras escuchar un alboroto afuera pero no vio ninguna pelea física. Más tarde notó un rasguño en su propia cara que supuso provenía de Ellis, porque estaba de frente a ella y de espaldas a Cardi.
Preguntada sobre cómo caracterizar la discusión, Malcolm dijo que no estaba segura de poder decir malas palabras en la corte. “Ya hemos escuchado de todo hasta ahora, así que está bien”, dijo el juez Ian C. Fusselman entre las risas de gran parte de la sala.
El testimonio tuvo lugar en un pequeño tribunal fuera de Los Ángeles en Alhambra, donde los juicios que involucran a celebridades son muy raros. El juicio se reanudará y concluirá la próxima semana.