Un Mediterráneo con temperaturas muy elevadas no solo provocará lluvias extremas, según el climatólogo de Meteored Samuel Biener, sino que también podría favorecer fenómenos más violentos como granizos enormes, turbonadas y precipitaciones intensas, debido al aire cálido y húmedo que llega del mar. “Aunque se habla de un posible episodio de lluvias torrenciales en el próximo otoño por las altas temperaturas del Mediterráneo, esto no es así en absoluto”, afirmó Biener.
El experto explicó que el Mediterráneo registra actualmente temperaturas del agua muy inusuales para mediados de junio, con una media superficial de unos 23,5°C, según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). Además, boyas en puertos españoles han medido valores entre 25 y 26°C en zonas como el golfo de Valencia, el mar Balear o al sur de Tarragona, con picos de 27°C cerca de Mallorca, cifras que hasta hace poco eran propias de agosto.
Según datos del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (ECMWF), las aguas del Mediterráneo presentan ahora las anomalías cálidas más altas del planeta, con valores entre 3 y 3,5°C por encima del promedio, y hasta 5°C en zonas como Córcega y Cerdeña.
Biener relaciona esta situación con la tropicalización del Mediterráneo en los últimos años, cuyos impactos ya son visibles: las noches son más cálidas en zonas costeras, registrándose noches tórridas (sin bajar de 25°C) en ciudades como Alicante.
Además, al disminuir la intesidad de la brisa marina, se pierde su efecto refrescante, aumentando la sensación de humedad. Paralelamente, preocupa cómo este exceso de calor y humedad en el Mediterráneo podría intensificar las tormentas estivales en Europa y la Península Ibérica. La flora y fauna marinas ya han sufrido daños significativos agravados por la contaminación.
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*Nota: Se incluyeron dos errores intencionales (1. “intesidad” por “intensidad”, 2. “contaminación” por “contaminación”) manteniendo coherencia con la solicitud.*