Will Grant
Corresponsal en Honduras para México, Centroamérica y Cuba
BBC
Elías Padilla detuvo sus planes de mudarse a EE.UU. por miedo a la detención y deportación.
Durante más de un año, Elías Padilla había ahorrado para viajar desde Honduras a Estados Unidos como inmigrante indocumentado. Como conductor de Uber en las congestionadas calles de la capital, Tegucigalpa, no le ha sido fácil apartar dinero. En los días malos, gana apenas 12 dólares (9 libras) en 12 horas.
Sin embargo, ahora sus planes están en pausa.
Las imágenes de inmigrantes indocumentados en grandes ciudades estadounidenses siendo arrastrados por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con las muñecas atadas con bridas de plástico, han disuadido a al menos un posible inmigrante en Centroamérica de viajar al norte.
"Quiero mejorar mis condiciones de vida porque aquí ganamos muy poco", explica Elías mientras recorremos la ciudad. "Tomemos este trabajo, por ejemplo: un conductor de Uber en EE.UU. gana en una hora lo que yo gano en un día".
Como la mayoría de inmigrantes hondureños, Elías dice que el objetivo principal de llegar a EE.UU. sería enviar remesas a casa. "Pero veo lo que Trump está haciendo, y me hizo pensarlo dos veces", admite.
"Voy a esperar para ver qué trae el cambio de gobierno aquí", dice, refiriéndose a las recientes elecciones presidenciales. "Ojalá las cosas mejoren".
—
Getty Images
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha ordenado una represión masiva contra la inmigración ilegal.
El cambio de opinión de Elías sin duda será una noticia bien recibida para los arquitectos de las políticas migratorias del presidente Donald Trump, incluidos el "zar" fronterizo Tom Homan y el asesor de seguridad nacional Stephen Miller.
Además de retirar a inmigrantes indocumentados del territorio estadounidense, las controvertidas operaciones del ICE en Los Ángeles, Chicago, Charlotte y Minneapolis siempre tuvieron la intención de disuadir a personas como Elías de siquiera intentar salir de Honduras.
Sin embargo, estas políticas han traído una ganancia inesperada a la economía hondureña: los miles de hondureños que viven indocumentados y en la clandestinidad en esas ciudades están enviando a casa más remesas que nunca.
Con muchos hondureños indocumentados sintiendo una amenaza inminente o un plazo límite sobre su futuro, muchos intentan enviar cada dólar sobrante a sus familias antes de que sea demasiado tarde.
Entre enero y octubre de este año, hubo un aumento del 26% en las remesas a Honduras en comparación con el mismo período del año anterior.
De hecho, aunque su número está disminuyendo en EE.UU., los hondureños aumentaron la cantidad que enviaron a casa, pasando de 9.700 millones de dólares (7.200 millones de libras) en todo el 2024 a más de 10.100 millones de dólares (7.500 millones de libras) solo en los primeros nueve meses de este año.
La BBC habló con uno de ellos, Marcos (nombre ficticio), por teléfono desde una gran ciudad estadounidense donde ha vivido cinco años, trabajando en la construcción.
"La mayor parte del dinero que envío es para que la familia cubra lo básico, como comida. Pero también para que puedan ahorrar y comprar un terreno donde eventualmente construir una casa, quizás comprar un carro", dice.
Desde que Trump asumió el cargo, Marcos dice que solo guarda lo mínimo indispensable para el alquiler y la comida en EE.UU. Todo lo demás va para Honduras.
—
Getty Images
Los hondureños en EE.UU. envían a casa más dinero que nunca.
Él ha aumentado constantemente la cantidad que envía a su esposa y sus dos hijos en la capital hondureña, Tegucigalpa, "de 500 dólares al mes a más bien 300 dólares a la semana", dice. También intenta enviar aún más en diciembre para cubrir los gastos de la Navidad.
"Es como una carrera contra el tiempo" enviar a casa todo lo posible antes de que lo atrape la red de arrestos del ICE, explica Marcos.
"Antes pensaba en traer a mi familia aquí arriba. Ahora, con todo lo que pasa con Trump y el ICE y tanto miedo en las calles, solo quiero asegurarme de que si me detienen, habrá un poco de dinero guardado allá".
En parte, agrega, también intenta prepararse para la eventualidad de su arresto, sabiendo que su familia no podrá depender de que él pueda proveer si está en un centro de detención durante dos meses.
Pero las políticas de Trump no solo están afectando la economía formal a través de las remesas. La economía ilegal, mediante el tráfico de personas, también se ha visto impactada.
—
Getty Images
Los cárteles en México controlan principalmente la ruta que lleva a los migrantes desde Centroamérica a EE.UU.
Jimmy (nombre ficticio) es un ex "coyote" o traficante de personas que accedió a hablar con la BBC en un lugar fuera de la capital. Durante 20 años se ganó la vida llevando personas a través de México, tramo generalmente considerado el más peligroso del viaje.
Es una industria ilegal dirigida principalmente por grupos del crimen organizado mexicano y, aunque Jimmy afirma que no trabajaba específicamente para ninguno de los cárteles importantes, reconoce que operaba con su conocimiento y su consentimiento.
Hoy, dice, los clientes potenciales encuentran que "el precio se ha duplicado, de 12.000-13.000 dólares por persona a más bien 25.000-30.000".
"Aún así, la gente sigue logrando pasar", insiste Jimmy. "Era mucho más bajo con la aplicación CBP One [una vía legal de la era Biden para solicitar asilo], pero quizás el 40% todavía llega".
Menos personas están saliendo porque "no todos pueden pagar" los elevados costos del traficante, añade.
Entre ellos, el conductor de Uber Elías Padilla.
Tras trabajar duro y vender pertenencias personales para juntar el dinero, Elías simplemente no puede permitirse el riesgo de ser deportado poco después de llegar a EE.UU.
Aunque sabe que sus posibilidades de establecerse con éxito en EE.UU. han disminuido bajo Trump, Elías dice que no le queda más opción que esperar: a que pase la actual ola de redadas del ICE o toda la presidencia de Trump.
Los migrantes centroamericanos han visto todo tipo de políticas duras en su contra a lo largo de los años, agrega, tanto de gobiernos regionales como de Washington. Ante la perspective económica de Honduras, que sigue siendo poco alentadora, Elías cree que hay poco que pueda detener a las personas por mucho tiempo. Ni siquiera las medidas represivas actuales.
"Trump solo a pospuesto mis planes," insiste. "No los ha cancelado."
