En una flagrante y agresiva violación del protocolo de la Unión Europea de Radiodifusión (quien gestiona el Festival de la Canción de Eurovisión), el radiodifusor público español RTVE emitió mensajes pro-palestinos durante el Festival de la Canción de Eurovisión, lo que llevó a una advertencia formal y amenazas de sanciones económicas.
La controversia comenzó durante la segunda semifinal cuando los comentaristas españoles Julia Varela y Tony Aguilar, los presentadores de televisión del programa en España, declararon: “Las víctimas de los ataques israelíes en Gaza ahora superan las 50,000, incluidos más de 15,000 niños, según las Naciones Unidas”, en contra de las estrictas reglas de la organización de Eurovisión de mantener la política fuera de la competencia.
A pesar de la advertencia de la UER, RTVE se mantuvo firme, transmitiendo antes de la gran final: “Ante los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”. La UER, que hace cumplir estrictamente una postura apolítica para garantizar que la música siga siendo una fuerza unificadora, respondió con una carta al director de contenidos de RTVE, Ana María Bordas. Según el medio de comunicación español Ceuta Actualidad, la carta prohibía explícitamente las declaraciones políticas durante el festival, amenazando con sanciones por violaciones adicionales. Las acciones de RTVE han generado un debate sobre la libertad de expresión versus el compromiso de la UER con la neutralidad.
En la competición de 2024, el equipo de la entrada de Irlanda, Barbie Thug, abucheó a la cantante israelí. Este año, Irlanda, por primera vez en la memoria reciente, no logró pasar las primeras semifinales. Melody, la esperanza española de 2025, estaba destinada a obtener una puntuación alta pero solo quedó en el puesto 24.
El sistema de puntos está compuesto por dos partes: un jurado de la industria musical y el voto popular de los seguidores del programa que envían mensajes. La entrada de Israel en 2025 fue Yuval Raphael, quien había sobrevivido al ataque de los pistoleros de Hamas el 7 de octubre de 2023, escondiéndose debajo de un cuerpo sin vida, quedó en segundo lugar en la competencia después de ganar el voto popular.
El incidente plantea preguntas sobre las tensiones continuas en torno a los mensajes políticos en Eurovisión, una plataforma diseñada históricamente para unir a las naciones en unidad. También sugiere que aquellos que rompen flagrantemente las reglas de la competencia podrían estar desconectados de las audiencias que siguen la competencia en sí.
A medida que continúan las repercusiones, quedan preguntas sobre cómo la UER hará cumplir sus reglas y si RTVE enfrentará más consecuencias en el próximo año.
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