Siempre se dice que las comedias románticas están muertas. Que hay que despedirse del encanto perfecto de Nora Ephron y abrazar la era donde el amor no es más que una ecuación matemática. Entonces aparece la adictiva serie juvenil ‘The Summer I Turned Pretty’ y nos conquista desde la primera canción de Taylor Swift.
A lo largo de sus 26 episodios, la adaptación de la trilogía de novelas de Jenny Han se ha ganado el corazón de los millennials que ansiaban algo nostálgico para llenar el vacío de las comedias románticas de los 2000. Tan reminiscente de las historias de amor idealizadas de su juventud, antes de las apps de citas y el “ghosting”, que Prime Video hasta tuvo que pedir a los espectadores que no usaran lenguaje de odio contra el elenco. No es real, por más visceral que se sienta, y la plataforma ni esperó 24 horas para anunciar una película como final.
En internet hay esperanzas de que la película incluya escenas de Navidad en París, una boda donde la novia sí llega al altar y más momentos de Conrad sonriendo. No es mucho pedir para el éxito sorpresa del año.
Si por algún motivo no conoces esta sensación, la serie sigue a Isabel “Belly” Conklin, quien en la primera temporada cumple 16 años y sus peculiaridades infantiles se transforman en belleza (sí, en serio). Los hermanos Fisher, Conrad y Jeremiah, se enamoran de ella. Por muy absurdo que suene, la serie es una clase maestra del romance moderno, con reflexiones sobre identidad, duelo, traición y primeros amores.
Bañada en la estética de Nancy Meyers del pintoresco pueblo costero de Cousins y combinada con el atractivo de la ciudad más romántica de Europa, la tercera temporada es una fusión de todo lo poético de este género supuestamente moribundo. Hay un triángulo amoroso que surge mientras el trío crece juntos, la tensión de “¿va a pasar o no?” entre Belly y su primer amor, Conrad, y el sueño idílico de vivir en París. No tiene la opulencia exagerada de ‘Emily in París’, sino un realismo encantador que no romantiza tener dos trabajos y la nostalgia eterna en una ciudad llena de extraños. Añade un momento al estilo Friends de “¿habrá tomado el avión?” y una carrera por una estación de tren en París como en ‘Love Actually’, y tienes la receta perfecta para suspirar.
Las declaraciones dramáticas de amor no serían nada sin el caos para llegar a ellas, y esta serie está llena del caos del romance adolescente. Ninguna mujer adulta con amor propio se llamaría “Belly” o haría pelear a dos hermanos por ella, aparentando cambiar entre uno y otro con cada verano. Y tampoco suele hace falta mandar a un hombre a casa llorando para darte cuenta—un segundo tarde—de cuál de los dos hermanos estás realmente enamorada.
‘The Summer I Turned Pretty’ también tiene esa esencia distintiva de mediados de los 2000, con las rivalidades entre Team Conrad y Team Jeremiah generando camisetas, fiestas para ver la serie e incluso despedidas de soltera temáticas. Han escribió las novelas entre 2008 y 2011, antes de que las redes sociales lo consumieran todo, lo que quizás le da un encanto anticuado sin ser intencionalmente nostálgico de los 2000. Teje algunos himnos de Taylor Swift de “chica triste” y tienes el sueño de todas las adolescentes: una historia de amor épica—donde todos son correspondidos—contada contra un fondo de días soleados y borrosos con un soundtrack lleno de Swift.
El final de esta semana, titulado ‘Al Fin’, encaja las piezas románticas que faltaban en este rompecabezas adictivo. Cartas de amor escritas a mano llevan a una aparición sorpresa en la puerta de tu casa, una elección definitiva y una promesa de amarse en todos los universos. En el mundo real, claro, los hombres no los escriben las mujeres, el romance no es como una novela juvenil y a la mayoría nunca nos perseguirán por las calles de París para declararnos su amor urgentemente. Así que, por ahora, ‘The Summer I Turned Pretty’ es ese consuelo reconfortante de que un amor así existe. Del tipo caótico, absorbente y para toda la vida que te hace sentir como una adolescente otra vez.
Jenny Han ya cumplió su promesa de volver a Cousins, pero en forma de película. Hasta entonces, solo soy una chica sentada frente a un portátil pidiéndote que devores esta serie. Y, estudios, tomen nota: ‘The Summer I Turned Pretty’ debería ser el modelo a seguir para todos los futuros proyectos románticos. Lo tiene todo, y no tiene miedo de admitirlo.
