TARIFA y Málaga han sido señaladas entre las diez playas y zonas costeras de Andalucía galardonadas con una ‘Bandera Negra’ en el demoledor informe anual de Ecologistas en Acción.
Publicado esta semana, el informe acusa a las autoridades de permitir graves daños ambientales en tramos clave del litoral debido a desarrollos urbanísticos descontrolados, contaminación y mala gestión.
En Tarifa, los ecologistas destacaron el impacto acumulativo de múltiples proyectos urbanos que han eliminado la barrera natural entre Zahara y Atlanterra, lo que supone, según ellos, una grave amenaza ecológica para una de las costas más valiosas de la provincia de Cádiz.
Mientras, en Málaga, se otorgó una Bandera Negra por la proliferación de marinas de lujo, que según los ambientalistas ponen en riesgo las playas cercanas y los ecosistemas marinos.
La playa de Tarifa ha sido criticada por múltiples proyectos urbanísticos.
Una segunda bandera en la provincia se debió al aumento de microplásticos procedentes de plantas depuradoras, que son consumidos por la fauna local, amenazando la biodiversidad de las aguas costeras.
En total, el informe destacó diez puntos en Andalucía: cinco por contaminación y cinco por mala gestión ambiental.
El estuario de Ría de Huelva fue incluido por contaminación vinculada a proyectos industriales relacionados con el hidrógeno, mientras que la playa de La Antilla (Lepe) fue señalada por la sobreurbanización, que según activistas impide la regeneración natural y expone los edificios a tormentas y mareas altas.
En la costa de Granada, el delta del río Guadalfeo (Motril y Salobreña) recibió una bandera por vertidos de aguas residuales tan graves que obligaron a cerrar playas en 2023. La provincia también fue penalizada por construcciones inapropiadas en el sendero litoral.
Almería tampoco se libró: en Roquetas de Mar se hallaron microplásticos en zonas protegidas Natura 2000, mientras que las playas de Vera fueron señaladas por planes urbanísticos que amenazan hábitats locales.
Según Ecologistas en Acción, las 48 Banderas Negras asignadas este año en España se reparten equitativamente entre contaminación y mala gestión ambiental. El grupo advierte de que las autoridades costeras siguen priorizando el beneficio económico sobre la salud ecológica a largo plazo.
