Tailandia y Camboya acuerdan un “alto el fuego inmediato e incondicional

Jonathan Head

corresponsal del Sudeste de Asia en Bangkok

Joel Guinto

BBC Noticias en Singapur

Tailandia y Camboya han acordado un “alto el fuego inmediató e incondicional” tras cinco días de combates en su frontera que mataron a al menos 33 personas y desplazaron a decenas de miles.

“Este es un primer paso vital para una desescalada y un restablecimiento de la paz y la seguridad,” dijo el Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, flanqueado por sus homólogos tailandés y camboyano, al anunciar que las hostilidades terminarían a medianoche.

Tailandia inicialmente rechazó su oferta de mediar, pero aceptó después de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijera que las negociaciones de tarifas no continuarían hasta que “las peleas paren”.

Las tensiones sobre la disputa fronteriza de un siglo se intensificaron en mayo después de que un soldado camboyano fue asesinado en un enfrentamiento.

Tailandia impuso restricciones a los ciudadanos y turistas que se dirigen a Camboya por tierra, mientras que Camboya prohibió algunas importaciones de Tailandia, incluyendo frutas, energía y servicios de internet. Medios locales camboyanos reportaron que cientos de miles de trabajadores habían regresado de Tailandia desde mayo.

La situación escaló la semana pasada, después de que un soldado tailandés perdió su pierna en una explosión de mina terrestre. Tailandia cerró algunos de sus pasos fronterizos con Camboya, expulsó a su embajador y reclamó al suyo.

Ambos lados intercambiaron disparos de armas la mañana del jueves pasado, cada uno alegando que el otro había provocado el conflicto.

Muchos de los casualties del lado tailandés han sido civiles en aldeas alcanzadas por cohetes, según el ejército de Tailandia. Camboya dijo que 13 personas habían muerto hasta ahora en su lado, incluyendo ocho civiles.

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Los proyectiles y cohetes continuaron cayendo en ambos países incluso mientras las charlas de paz estaban en marcha en Kuala Lumpur el lunes.

Anwar dijo que Malasia y otros miembros del bloque regional, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, o Asean, estaban presentes para ayudar a monitorear el alto el fuego.

Ambos lados necesitarán acordar retirar sus ejércitos, que ahora han sido reforzados, de la frontera y aceptar algún tipo de monitoreo independiente, para evitar más enfrentamientos.

El Primer Ministro de Camboya, Hun Manet, lo describió como una reunión muy buena que él esperaba que detuviera inmediatamente los combates. Camboya ha estado presionando para un alto el fuego desde el viernes, ya que sus fuerzas han sido superadas por el ejército tailandés.

El Primer Ministro interino tailandés, Phumtham Wechayachai, habló brevemente, prometiendo honrar el alto el fuego.

La situación en las líneas del frente, que son accesibles solo para los dos ejércitos, sigue siendo confusa.

Tailandia afirma haber tomado el control de varias colinas ocupadas por Camboya y ha mantenido un bombardeo de artillería sostenido desde su arsenal mucho más grande de cañones pesados, además de golpear posiciones camboyanas desde el aire.

El gobierno tailandés fue reacio a unirse a las charlas de paz, afirmando que un alto el fuego solo podría seguir a un diálogo entre los dos países y “intenciones sinceras” de Camboya, con lo cual se refería a un fin a los bombardeos de cohetes que han matado al menos a 14 civiles tailandeses.

Mientras Malasia mediaba las charlas, mucho crédito probablemente pertenece a Washington, con el Presidente Trump. Su ultimátum el sábado por la noche, amenazando con detener todas las negociaciones sobre la reducción de tarifas estadounidenses a menos que los dos países acordaran dejar de pelear, fue casi seguramente lo que los obligó a aceptar el alto el fuego.

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Ambos dependen en gran medida de las exportaciones a EE.UU. y ambos enfrentan un arancel del 36% sobre las exportaciones sin un acuerdo. Eso pondría a sus fabricantes en una gran desventaja respecto a los de países vecinos como Vietnam e Indonesia, que ya han hecho acuerdos para reducir sus aranceles al 20% o menos.

Pero mantener el alto el fuego será difícil, dado que ahora hay una profunda desconfianza entre los dos ejércitos, y muchos sentimientos nacionalistas poderosos han sido agitados.

Tailandia está especialmente agraviada por el uso repentino de lanzadores múltiples de cohetes el jueves que causaron la mayoría de las bajas civiles, y escaló dramáticamente lo que hasta entonces habían sido escaramuzas de pequeña escala entre sus soldados.

Los evacuados mayores cerca de la frontera tailandesa que habían vivido bombardeos durante la Guerra Civil camboyana de los años 80 dijeron a la BBC la semana pasada que esto es lo peor que han experiensado.

El ejército tailandés había dicho el domingo que casi 140,000 civiles habían sido evacuados a refugios en siete provincias.

En Camboya, donde la prensa está severamente restringida, el Khmer Times pro-gobierno citó a un portavoz del ministerio de defensa que dijo que alrededor de 135,000 personas a lo largo de la frontera fueron reubicadas el domingo.

Una mujer camboyana de 75 años que fue evacuada a un refugio dijo a la BBC más temprano el lunes que todavía no se sentía segura porque podía oir aviones no tripulados tailandeses volando sobre las carpas.

Dijo que quería “ver la guerra parar esta noche”.