El Maltese Falcon, propiedad de la gestora de fondos greco-británica Elena Ambrosiadou, ha sido avistado navegando frente a las costas de Cala Pi en Mallorca, un escenario idóneo para uno de los yates veleros más reconocibles y técnicamente avanzados del mundo. Con una eslora de 88 metros, se mantiene entre los superyates a vela más grandes e innovadores jamás construidos. Botado por Perini Navi en Tuzla, Estambul, en 2006, es célebre por su pionero sistema DynaRig: tres mástiles autoportantes y giratorios de fibra de carbono que permiten al yate navegar con una eficiencia notable y una tripulación mínima. Su perfil distintivo y su sofisticación ingenieril continúan atrayendo la atención en cada puerto que visita.
El yate fue encargado originalmente por el capitalista de riesgo estadounidense Tom Perkins, quien adquirió un casco desnudo construido a principios de los años noventa y lo transformó en un proyecto revolucionario. Colaborando con Dykstra Naval Architects, Perkins rescató el concepto DynaRig de la década de 1960, desarrollado por el ingeniero alemán Wilhelm Prölss, materializando la idea con la ayuda de los especialistas británicos en fibra de carbono Insensys, Ltd. Bajo la supervisión directa de Perkins, se diseñaron y construyeron los mástiles, mientras que él mismo contribuyó personalmente al software avanzado de control de velas del yate. El resultado fue una embarcación que auna inspiración histórica con tecnología de vanguardia.
En 2009, el Maltese Falcon fue vendido a la gestora de fondos greco-británica Elena Ambrosiadou, que ha continuado operando la embarcación tanto para uso privado como para su explotación como yate de charter de lujo. En 2022, el yate fue adquirido fuera del mercado por una nueva sociedad propietaria vinculada a Ambrosiadou, lo que garantizó la continudidad en su gestión y mantenimiento. Bajo esta tutela, el Maltese Falcon ha conservado su reputación como referente de innovación, lujo e ingeniería marítima.
El interior del Maltese Falcon es tan impresionante como sus logros tecnológicos. El yate cuenta con un amplio camarote principal que incluye un gimnasio privado, vestidor y lujosos baños, además de un Jacuzzi. Puede alojar hasta doce huéspedes distribuidos en cinco suntuosos camarotes, que incluyen una suite VIP y cuatro dobles. Las opciones de entretenimiento son igualmente refinadas: un cine de última generación con proyección en alta definición y un sistema de sonido premium, complementado por una espectacular pantalla de cine exterior para veladas cinematográficas bajo las estrellas. Los invitados también disfrutan de un gimnasio de primer nivel equipado con máquinas modernas, una zona de spa dedicada y una masajista a bordo. Para los más aventureros, el yate ofrece una gran variedad de juguetes acuáticos, como equipo de windsurf, motos de agua y distintos tender para explorar el litoral.
A lo largo de su trayectoria, el Maltese Falcon ha obtenido numerosos reconocimientos de la industria, incluyendo múltiples victorias en la Perini Navi Cup y la Palma Superyacht Cup. También ha cautivado al público por su capacidad de zarpar grácilmente sin ancla o maniobrar en puertos estrechos utilizando sus avanzados sistemas automatizados. A pesar de incidentes puntuales, como una leve colisión en 2008, el yate se ha mantenido en un estado impecable. En la actualidad, continúa erigiéndose como uno de los superyates a vela más icónicos y celebrados jamás construidos: una combinación perdurable de ingeniería visionaria y vida de lujo.
