Wedaeli Chibelushi
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Arop Akol ha estado viajando por el mundo de la moda en los últimos tres años.
Con un outfit sencillo pero elegante, trenzas fluidas y un rostro sin maquillaje pero radiante, Arop Akol parece una modelo típica en su tiempo libre.
Se acomoda en el sofá de las oficinas de su agencia en el Reino Unido, First Model Management, y cuenta detalles de su carrera en auge, que la ha llevado a desfilar para marcas de lujo en Londres y París.
"Desde los 11 años veía videos de modelaje en internet", dice Akol, ahora en sus veintes, a la BBC.
En los últimos tres años, ha sido transmitida en todo el mundo mientras modela, incluso compartió pasarela con Naomi Campbell en un desfile de Off-White.
Viajar por trabajo puede ser solitario, pero Akol a menudo se encuentra con modelos de su país de origen: Sudán del Sur, un lugar lleno de belleza natural pero también de conflictos.
"Los sudaneses del sur son muy conocidos por su belleza", dice Akol, quien tiene pómulos altos, piel oscura y mide 1,78 metros.
Si hojeas una revista de moda o ves videos de pasarelas, entenderás su punto: modelos nacidas y criadas en Sudán del Sur, o parte de su diáspora, están en todas partes.
Desde nuevas promesas como Akol hasta supermodelos como Anok Yai, Adut Akech y Alek Wek.
Wek, descubierta en un estacionamiento en Londres en 1995, fue una de las primeras modelos sudanesas del sur en triunfar globalmente. Desde entonces, ha aparecido en portadas de Vogue y trabajado para marcas como Dior y Louis Vuitton.
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Adut Akech (izquierda) y Anok Yai (derecha) se han unido a Naomi Campbell entre las modelos más cotizadas de la industria.
Y la popularidad de las modelos sudanesas del sur no muestra señales de disminuir. Según Models.com, en su última lista de las 50 "futuras estrellas" del modelaje, una de cada cinco tiene raíces en Sudán del Sur.
Además, Vogue incluyó a cuatro modelos sudanesas del sur en su artículo sobre "las 11 jóvenes modelos que dominarán las pasarelas en 2025".
"Los estándares de belleza que se esperan en una modelo, la mayoría de las sudanesas del sur los cumplen", dice Dawson Deng, quien organiza la South Sudan Fashion Week en Juba junto a la exmodelo Trisha Nyachak.
"Tienen la piel oscura perfecta, la melanina, la altura".
Lucia Janosova, agente de First Model Management, comenta: "Claro que son hermosas… piel bella, altura". Pero reconoce no saber exactamente por qué las marcas las prefieren sobre otras nacionalidades.
"No puedo decirlo, porque hay muchas chicas hermosas de Mozambique, Nigeria u otros países, ¿no?", añade.
Akur Goi, modelo sudanesa del sur que ha trabajado con Givenchy y Armani, tiene una teoría: no solo las buscan por su belleza, sino también por su "resistencia".
Goi nació en Juba pero se mudó a Uganda de niña, como Akol y miles de sudaneses del sur que huyeron tras la independencia en 2011.
Aunque la guerra civil terminó hace años, la violencia, los desastres naturales y la pobreza siguen empujando a la gente a irse.
Para Goi, el sueño de ser modelo se hizo realidad el año pasado, cuando la descubrieron en Facebook. Su primer trabajo fue desfilar para Roberto Cavalli.
"Estaba emocionada y nerviosa, pero me dije: ‘Puedo lograrlo’", recuerda desde Milán.
Sin embargo, no todas tienen un camino fácil. Un reportaje de The Times reveló que dos refugiadas en un campo de Kenia fueron llevadas a Europa, solo para decirles que estaban demasiado desnutridas para trabajar. Otras terminaron debiendo miles de euros a sus agencias.
Akol vivió algo similar: en 2019, una agencia le pidió pagos que ahora sabe no son normales.
"Me pidieron dinero por registro, por esto, por aquello… No podía con todo", cuenta. Wedaeli Chibelushi
"Estoy luchando, mi familia está luchando, así que no puedo manejar todo eso," dice ella.
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Las modelos que desfilan en la Semana de la Moda de Sudán del Sur han conseguido trabajos internacionales, dice su cofundador.
Tres años después, mientras vivía en Uganda, finalmente fue descubierta por una agencia más prestigiosa.
Deng, que ayuda a modelos principiantes de Sudán del Sur a crear sus portafolios, cuenta a la BBC que algunas se quejan de que les pagan con ropa en vez de dinero.
Muchas modelos también enfrentan otro desafío: la percepción de sus familias sobre su carrera.
"No lo querían antes y no lo quieren ahora," dice Akol, que ahora vive en Londres, refiriéndose a sus parientes.
"Pero logramos salir adelante y decir: ‘Somos un país joven. Tenemos que salir y conocer gente. Hay que hacer lo que todos hacen.’"
Deng dice que en las ciudades la gente es más abierta, pero algunos sudaneses comparan el modelaje con la prostitución.
"Los padres no entienden por qué sus hijas ‘desfilan frente a la gente’," explica.
Recuerda el caso de una joven a quien ayudaba y que estaba a punto de viajar para su primer trabajo internacional. Su familia, en contra, la siguió al aeropuerto y no la dejó subir al avión.
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Alek Wek, descubierta en un estacionamiento en Londres en 1995, fue una de las primeras modelos sudanesas en triunfar globalmente.
La supermodelo Anok Yai nació en Egipto después de que su familia huyera de Sudán del Sur.
Pero Deng cuenta que, al final, la familia de esa joven aceptó su carrera y ahora ella modela para una marca de lencería importante.
"Ella es el sustento de su familia. Paga la escuela de sus hermanos y ya nadie lo ve como algo malo," dice.
Se siente orgulloso de ver a esta modelo—y a otras de Sudán del Sur—en el escenario global. Aunque la moda cambia, él cree que las modelos sudanesas no pasarán de moda.
Goi coincide, diciendo que hay "más demanda de diversidad" en la industria.
Akol también opina que Sudán del Sur llegó para quedarse: "Alek Wek ya lo hacía antes de que yo naciera y sigue ahora."
"Las modelos sudanesas llegarán muy lejos."
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