Spike Lee: de la Gloria a la Crítica, una Ira Anclada en el Pasado

“Somos músicos de jazz,” declaró recientemente el director Spike Lee sobre su dinámica de trabajo con Denzel Washington en Highest 2 Lowest, un nuevo thriller policiaco que representa la quinta colaboración entre los dos ganadores del Óscar. “Respetamos a Julie Andrews cantando My Favorite Things, pero cuando John Coltrane la tocó, ya sabes, o cuando Miles [Davis] hizo su estándar de My Funny Valentine, es otra cosa.”

La metáfora no es casual. Desde que Lee irrumpió en la escena cultural en los años 80, el autor nacido en Atlanta y formado en Brooklyn se ha esforzado por presentarse como una evolución de las tradiciones narrativas de la vieja escuela, incluso cuando los críticos lo tachaban de disruptor de la nueva. Desde She’s Gotta Have It hasta Chi-Raq, Lee ha hecho un esfuerzo adicional por venerar a los atletas, artistas y pensadores que han formado su visión del mundo decididamente analógica. Highest 2 Lowest estaba pensada como una “reinterpretación y no un remake”, dijo refiriéndose al noir policiaco japonés de 1963 dirigido por Akira Kurosawa, a quien se reconoce oficialmente en los créditos finales de la nueva película como “el maestro”. Pero, en última instancia, Lee usa su último trabajo como un caballo de Troya para lanzar nuevos ataques contra una obsesión personal: los tiempos cambiantes.

En la película de Kurosawa, Kingo Gongo (el preeminente Toshirō Mifune) es un ejecutivo de una empresa de calzado obligado a elegir entre la ruina financiera segura y salvar al hijo de su chófer cuando un secuestrador confunde a los dos niños. La misma premisa se aplica a David King (Washington), el magnate discográfico de “oído de oro” detrás de Stackin’ Hits, que a su vez es un compuesto de Stax y otros sellos legendarios de propiedad negra. Como en el original, Highest 2 Lowest presenta a King cuando está apostando su considerable fortuna para ejecutar una compra apalancada. Y como Gongo, se siente obligado a hacerlo para mantener un estándar de calidad clásico.

Pero donde Gongo espera detener una marea de zapatos baratos y de cartón, King pretende proteger su enorme catálogo discográfico contra las amenazas implacables de la IA y la publicidad. No importa que este mensaje particular te lo traiga un hombre que ha vendido de todo, desde zapatos hasta banca y agua. En Highest 2 Lowest, los personajes hacen referencias graciosas a mascotas de comerciales de seguros; uno de ellos, Mayhem de Allstate (Dean Winters), incluso aparece en esta producción.

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Desde su oficina corner en un rascacielos de Midtown, rodeado de fotos de Aretha Franklin, LL Cool J y otros íconos musicales, King anhela un pasado en el que la música real hacía swing y se propone restaurar esos tiempos por un bien cultural mayor. Es una disonancia cognitiva con la que Lee pareció lidiar en la promoción de la película. Los avances de Highest 2 Lowest promocionan prominentemente a la rapera Ice Spice, un one-hit wonder a menudo ridiculizada como un producto de la industria. Pero su verdadero tiempo en pantalla se limita a una breve reunión en la sede de Stackin’ Hits donde King sonríe educadamente a su personaje antes de salir corriendo a asuntos más importantes. En retrospectiva, el engaño es obvio: Ice Spice era solo el anzuelo para atraer a los jóvenes espectadores, y también lo es el desprecio que gotea del autor y su avatar.

King no solo trabaja hacia atrás. Vive literalmente en el pasado. Su ático con vista al agua en el trendy barrio de Dumbo en Brooklyn es un monumento a la historia negra que rivaliza con el museo afroamericano del Smithsonian. Dentro de su domicilio dúplex, Now’s the Time de Jean Michel Basquiat compite por un lugar de honor con Investiture of Bishop Harold as the Duke of Franconia de Kehinde Wiley, un homenaje supremo de lo nuevo a lo antiguo, encargado para el propio Lee, una de las varias props de película derivadas de la colección personal del director. El enfoque cerrado de Lee en la decoración y sus desvíos intencionales—desde el retrato de Toni Morrison en una pared hasta el poster de Kamala de Shepard Fairey en otra—destaca la conexión entre estas obras significativas.

Lee es igualmente evidente con la banda sonora en Highest 2 Lowest, que a veces domina la historia. Cuando la película abrió con grandiosas tomas del skyline de Nueva York al ritmo de una interpretación directa de Oh, What a Beautiful Morning, supuse que Lee la cortaría después de 30 o 45 segundos, especialmente después del discreto desdén que lanzó a Julie Andrews. Pero no, deja que el estándar de Oklahoma! llegue hasta su conclusión de más de tres minutos.

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Sospecho que esto se hizo para presentar a los cinéfilos más jóvenes a Norm Lewis (que hizo historia en 2006 como la primera persona negra en interpretar a Javert en una producción profesional en inglés de Les Misérables en Broadway) e instarles a deleitarse con un nivel de genio vocal que una vez parecía tan rutinariamente alcanzable sin ayuda informática. La primera secuencia de acción importante en Highest 2 Lowest, ambientada en un festival puertorriqueño en el Bronx, está subrayada por una indulgencia en vivo del pionero del latin jazz Eddie Palmieri. Con cada elección de canción clásica y fotografía de artista, que no se limitan a las fotos en blanco y negro pegadas alrededor de la oficina de King, Lee insiste en la superioridad de sus particulares gustos analógicos.

Donde High and Low se ocupa principalmente de la cuestión de clase, Highest 2 Lowest se pregunta si hay verdaderas contribuciones culturales originales después del 2004, aparentemente el último año en que Stackin’ Hits fue genuinamente relevante. En su película, Kurosawa también interroga la praxis mediática contemporánea antes de desestimar a la prensa como un rebaño sensacionalista y de pensamiento único. Pero Lee lleva la crítica aún más lejos a través de King, que no solo se enfurece con la adicción a la pantalla de su hijo, sino que nombra a los traficantes: TMZ y su imitación de chismes de celebridades negras, MediaTakeOut.

Spike Lee, A$AP Rocky y Denzel Washington en el festival de cine de Cannes. Fotografía: Scott A Garfitt/Scott Garfitt/Invision/AP

Este cebo de ira prepara a King para un enfrentamiento con el secuestrador, una sensación callejera del drill rap llamado Yung Felon, interpretado por A$AP Rocky. Como explica Felon, fue empujado a este plan aleatorio después de que King ignoró sus intentos de contactarlo y compartir su música. La arrogancia no solo ignora la era psicodélica en la que el hip-hop se encuentra cómodamente ahora, sino que hace aún más para amplificar la asociación de la música con lo que los conservadores podrían caracterizar generosamente como poco refinado, cuando no lo llaman directamente de gueto. (Mucho menos se anduvieron con rodeos sobre el jazz en su época …). Cuando King diagnostica a Yung Felon como sin alma y se encoge de hombros ante su creciente número de seguidores, una señal que parecería sugerir que hay algún valor intrínseco y autenticidad en su arte, Yung Felon responde con balas reales y cumple con su estereotipo de matón sin remedio. Es un giro total respecto a la película seminal de Lee de 1989 ‘Haz lo correcto’, que lionizó al hip-hop como una voz de protesta y comunidad.

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Lee recalca este punto en un videoclip interpolado para Trunks, un tema de A$AP que se presta al personaje de Yung Felon. Lee sitúa a King, interpretado por Washington, en medio de una falange de traseros de estríperes haciendo twerking. Dadas las casi dos horas de cuidadosa celebración cultural que vinieron antes, el momento inicialmente me pareció ordinario. (Washington le da la espalda a la cámara durante la mayor parte de la escena, ya que deleitarse en ello se vería como por debajo de un actor de su calibre). Pero precisamente vulgar es la sensación que Lee buscaba.

De forma decepcionante, Highest 2 Lowest pierde la oportunidad de dar una vuelta de tuerca moderna a la alegoría de clases de Kurosawa. En su lugar, retoma una diatriba que Lee lanzó en la película del 2000 Bamboozled, un ataque estridente contra lo que él vió como la corrupción de la expresión cultural negra moderna. Irónicamente, Lee guardó este rechazo contundente a los valores de la nueva escuela para su primera producción hecha en colaboración con A24 y Apple. El nudo de la película es básicamente una secuencia larga y torturada de product placement para AirPods, Maps y dos actualizaciones mediocres al catálogo musical de A$AP. Es revelador que la tecnología está exenta del estatus de poca clase asignado a las otras ideas novedosas que luchan por respirar a la sombra del gusto intachable de Lee. Que Highest 2 Lowest no lograse una distribusión teatral amplia en el intercambio commercial ultimadamente demuestra lo que los guardianes culturales de hoy piensan de él, no de Denzel – que podríamos decir que es un gancho taquillero incluso más convincente con su retiro acechando.

Que Highest 2 Lowest finalize con King trazando un nuevo camino con un número clásico de lounge femenino (Aiyana-Lee) simplemente remarca la débil crítica de Lee a Estos Tiempos. Uno se pregunta cuánto tiempo más podrá seguir quejándose nostálgico así, al estilo del Abuelo Simpson, antes de convertirse él mismo en una reliquia.