Sorpresas de la cultura española de las que nadie te advierte

Cada día, los recién llegados descubren algo inesperado sobre la vida en España. Algunas sorpresas son pequeñas y divertidas, mientras que otras reconfiguran la forma en que las personas perciben su nuevo hogar. Pedimos a nuestros lectores que compartieran los mayores choques culturales que han experimentado y sus respuestas revelaron la imagen de un país que encanta, desafía y, ocasionalmente, desconcierta.

Muchos esperaban que el inglés fuera ampliamente comprendido, solo para darse cuenta rápidamente de que la vida cotidiana transcurre enteramente en español. Rik Van Dok lo resumió con sencillez: “Todos hablan español, casi nadie habla inglés”. Paralelamente, varios lectores expresaron su sorpresa no por los locales, sino por otros extranjeros. “Demasiados ingleses que no hablan español”, compartió Colette Bertram.

El sistema sanitario surgió repetidamente y casi siempre de forma positiva. Margaret Carman nos comentó “la rapidez con la que conseguía cita con el médico de cabecera”. Dan Stevens también elogió el sistema: “lo fantástica que es la sanidad privada en Madrid. Las citas son rápidas y el servicio, increíble”. Otros advirtieron detalles más sutiles de la vida médica, como Lesley Marlor, quien señaló “el paracetamol con receta”.

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Para algunos lectores, el choque cultural vino envuelto en deleite. La abundancia de días de santos, fiestas y tradiciones locales causó una honda impresión en Alyson Ripley, quien afirmó “nunca caí en la cuenta de la cantidad de días de santos que celebran”. Muchos percibieron que este espíritu festivo reflejaba una actitud más general ante la vida. June N Maurice Johnson lo describió como la felicidad de la gente y una firme convicción de que el trabajo existe para sustentar la vida, y no a la inversa: “trabajan para vivir, no viven para trabajar”.

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Otro tema recurrente fue la cortesía y la amabilidad. Steve Brooks comentó: “lo educada que es la gente en España y lo peor que se ha puesto el Reino Unido”. Este sentimiento apareció en distintas formas a lo largo del debate.

No todos los choques fueron blandos o sentimentales. Algunos adoptaron un tono político, con lectores comentando su experiencia al volver al Reino Unido tras el Brexit, lo que generó una sensación de contraste entre ambos países.

Los detalles prácticos de la vida en España también captaron la atención. Cuestiones aparentemente simples, como las unidades de medida, provocaron cierta perplejidad. Un lector compartió: “Miden la distancia en metros, no en yardas”.

Asimismo, muchos asintieron ante el desafío permanente que supone la burocracia. Como expresó un residente de larga trayectoria: “Llevo 18 años en España y el papeleo todavía me asombra”.

Algunos lectores mostraron su disconformidad con el término empleado a menudo para referirse a los residentes extranjeros. Terry Foster comentó: “el uso excesivo de la palabra ‘expatriado'”. Otros respondieron con humor o una suave corrección. Martin George observó: “Querrás decir inmigrantes”.

En conjunto, estas reflexiones conforman un vívido retrato de la vida visto a través de los ojos de quienes han hecho de España su hogar. Hay momentos de desconcierto, muchos momentos de alegría y siempre una sensación de descubrimiento.

España puede sorprenderte en los lugares más ordinarios, y parece que eso es parte de su encanto.

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