Sonali de Rycker, socia general de Accel y una de las capitalistas de riesgo más influyentes de Europa, se muestra optimista sobre las perspectivas del continente en el campo de la inteligencia artificial. Sin embargo, muestra preocupación por la posible sobrerregulación que podría frenar su avance.
Durante una charla en TechCrunch Strictlyvc a principios de semana en Londres, De Rycker habló sobre la oportunidad que tiene Europa en el ámbito de la IA, equilibrando el optimismo con el realismo. Señaló que el continente cuenta con todos los elementos necesarios para destacar en este campo, como emprendedores, deseo de innovar, instituciones académicas de calidad y talento. Sin embargo, considera que falta la capacidad de potenciar ese potencial a gran escala.
¿El obstáculo? El complejo panorama regulatorio de Europa y, en parte, su enfoque pionero pero controvertido en la inteligencia artificial.
De Rycker reconoce la importancia de las regulaciones, especialmente en sectores de alto riesgo como la atención médica y las finanzas. No obstante, le preocupa que la amplia aplicación de la Ley de IA y las posibles multas excesivas puedan desincentivar la innovación en un momento en el que las startups europeas necesitan espacio para experimentar y crecer.
“Existe la oportunidad de avanzar rápido y aprovechar nuestro potencial”, afirmó. “Pero nos enfrentamos a vientos en contra en términos de regulación”.
La Ley de IA, que impone normas estrictas a aplicaciones consideradas de alto riesgo, desde la calificación crediticia hasta las imágenes médicas, ha levantado preocupaciones entre inversionistas como De Rycker. Aunque los objetivos de promover la IA ética y proteger al consumidor son loables, teme que la normativa sea demasiado amplia, lo que podría desalentar la experimentación y el desarrollo en etapas tempranas.
Esta preocupación se intensifica en un contexto de cambios geopolíticos. Con el apoyo de Estados Unidos a Europa disminuyendo bajo la actual administración de Trump, De Rycker considera que este es un momento crucial para la Unión Europea.
“Ahora que Europa está más sola en varios aspectos”, dijo, “necesita ser autosuficiente, necesita ser soberana”.
Esto implica desbloquear el máximo potencial de Europa. De Rycker destaca iniciativas como el “28º régimen”, un proyecto destinado a establecer un conjunto único de normas para empresas en toda la UE, crucial para crear una región más unida y favorable para las startups. En la actualidad, la diversidad de leyes laborales, licencias y estructuras corporativas en cada país genera fricciones y ralentiza el progreso.
“Si realmente fuéramos una región, el potencial que podríamos liberar sería increíble”, comentó. “No estaríamos teniendo estas conversaciones sobre Europa rezagada en tecnología”.
Según De Rycker, Europa se está poniendo al día lentamente, no solo en innovación, sino también en la adopción del riesgo y la experimentación. Ciudades como Zurich, Munich, París y Londres están comenzando a desarrollar sus propios ecosistemas auto-sostenibles gracias a instituciones académicas de primer nivel y a una creciente base de fundadores con experiencia.
Accel ha invertido en más de 70 ciudades en Europa e Israel, lo que le brinda a De Rycker una visión privilegiada del panorama tecnológico fragmentado pero próspero del continente. Sin embargo, señaló un marcado contraste con Estados Unidos en términos de adopción de IA. “Vemos una mayor disposición de los clientes a experimentar con IA en Estados Unidos”, mencionó. “Están invirtiendo dinero en este tipo de empresas especulativas en etapas tempranas. Esa rueda sigue girando”.
La estrategia de inversión de Accel refleja esta tendencia. Aunque la empresa no ha respaldado a ninguna de las principales compañías de modelos de IA fundamentales como OpenAI o Anthrope, se ha enfocado en la capa de aplicación. “Nos sentimos muy cómodos con la capa de aplicación”, afirmó De Rycker. “Estos modelos fundamentales requieren mucho capital y no parecen ser empresas respaldadas por firmas”.
Entre las apuestas prometedoras se encuentran Synthesia, una plataforma de generación de videos utilizada en capacitación empresarial, y Speak, una aplicación para aprender idiomas que recientemente alcanzó una valoración de $1 mil millones. De Rycker ve en estos ejemplos tempranos cómo la IA puede impulsar nuevos comportamientos y modelos de negocio.
“Estamos ampliando los mercados totales abordables a un ritmo sin precedentes”, expresó. “Se siente como en los primeros días de los dispositivos móviles. Doordash y Uber no eran simplemente sitios web adaptados a dispositivos móviles. Representaban nuevos paradigmas”.
En última instancia, De Rycker considera este momento como un desafío y una oportunidad única para la innovación. Si Europa se inclina demasiado hacia la regulación, corre el riesgo de frenar la innovación que podría ayudarla a competir a nivel mundial, no solo en IA, sino en todo el ámbito tecnológico.
“Estamos en un superciclo”, afirmó. “Estos ciclos no se presentan a menudo, y no podemos permitirnos desaprovecharlos”.
Ante la creciente incertidumbre geopolítica y la disminución del apoyo estadounidense, Europa tiene pocas opciones más que depender de sí misma. Si logra encontrar el equilibrio correcto, De Rycker cree que tiene todo lo necesario para liderar.
Al ser preguntada sobre qué pueden hacer los fundadores europeos para ser más competitivos que sus homólogos estadounidenses, De Rycker no dudó. “Creo que ya lo son”, dijo, mencionando a las empresas respaldadas por Accel, como Supercell y Spotify. “Estos fundadores no parecen ser diferentes”.
Puedes ver la conversación completa con De Rycker aquí:
