El pasado jueves fue el día perfecto para degustar la sobrasada más grande de Mallorca y, por ende, del mundo. Y ello tuvo lugar en el pueblo de Sant Joan, como parte de las fiestas patronales tras celebrarse la Condemna. El Centre Cultural de Sant Joan organiza los festejos y fue el responsable de confeccionar el descomunal embutido.
Durante la “vermutada”, cientos de personas se congregaron en el bar Can Tronca, donde el Centre Cultural invitó a todos los presentes a probar una sobrasada que pesaba nada menos que setenta y seis kilogramos. En diciembre del año pasado, el Centre Cultural de Sant Joan celebró sus tradicionales “matances”. El cerdo era enorme, con un peso de trescientos cincuenta y seis kilos, y bastó para elaborar una sobrasada monumental. Esto dió pie a la idea de fabricar la sobrasada más grande del mundo, la cual hubo de embutirse en la propia piel del animal.
La semana pasada, la sobrasada se expuso en Can Tronca con una barra colocada entre dos escaleras de figueroleres (utilizadas para coger higos) y sujeta con varias cuerdas de lado a lado para que no se desplomase al suelo. Sobra decir que la expectación fue enorme y durante esa semana mucha gente se acercó a contemplar tal prodigio de la charcutería mallorquina.
Este jueves, quienes pudieron probarla afirmaron que ‘estaba excelente’. Los expertos en matanzas consideran que el buen sabor de esta sobrasada se debe a ‘haberse curado dentro de la piel del cerdo, la cual está recubierta de grasa, otorgándole una textura muy cremosa y fácil de untar, y un sabor incomparable al de la sobrasada normal’. El lado derecho de la sobrasada era picante y el izquierdo, dulce.
Durante el vermú, se emplearon hasta cien panes para untar el embutido, y muchos pudieron saciar su apetito con el tradicional manjar del pa amb sobrassada. La sobrasada es un embutido crudo curado de las Baleares elaborado con carne de cerdo picada, pimentón, sal y otras especias. La sobrassada, junto con el botifarró, son productos cárnicos tradicionales baleáricos preparados en los laboriosos pero festivos ritos que aún marcan la matanza del cerdo en otoño e invierno en Menorca, Mallorca e Ibiza. El principio químico que hace posible la sobrassada es la deshidratación de la carne bajo determinadas condiciones climáticas (elevada humedad y frío suave) propias del tardío otoño balear.
