El primer ministro, Sir Keir Starmer, ha declarado que “nunca autorizó ataques” contra miembros de su gabinete. Esto ocurrió después de que su equipo del Número 10 filtrara que Wes Streeting estaba planeando un golpe interno.
Starmer respaldó a su secretario de salud, quien pasó la mañana desmintiendo las acusaciones, que según él vinieron del Número 10, de que pretendía destituir a Sir Keir después del presupuesto y tomar su lugar.
Sin embargo, el líder laborista no dijo tener plena confianza en su jefe de gabinete, Morgan McSweeney, cuando la líder conservadora Kemi Badenoch se lo preguntó.
En el Debate del Primer Ministro, Starmer afirmó: “Morgan McSweeney, mi equipo y yo estamos absolutamente concentrados en servir al país. Quiero ser claro: jamás he autorizado ataques contra miembros del gabinete. Los nombré para sus puestos porque son las mejores personas para ese trabajo”.
Más tarde, la Sra. Badenoch dijo que no escuchó a Sir Keir respaldar al Sr. McSweeney. El portavoz del primer ministro declaró después que él sí tiene plena confianza en su jefe de gabinete y afirmó que las filtraciones en contra del Sr. Streeting vinieron de fuera del Número 10, en lo que parece un juego de culpas.
Sir Keir sí respaldó públicamente al Sr. Streeting en los debates, diciendo que ha ayudado a lograr cinco millones de citas adicionales en el Servicio Nacional de Salud y que está “haciendo un muy buen trabajo”.
“Cualquier ataque contra cualquier miembro de mi gabinete es completamente inaceptable”, añadió Sir Keir. “Este es un equipo unido y estamos cumpliendo”.
Sus últimas palabras fueron recibidas con abucheos desde los escaños de la oposición, teniendo que intervenir el Presidente de la Cámara, Lindsay Hoyle, para decirle a los diputados que si “quieren audicionar para una obra de teatro, les sugiero que vayan al Old Vic”.
Horas antes, a las 7 de la mañana, el Sr. Streeting dijo en una entrevista que no intentaría destituir a Sir Keir y acusó a aliados del primer ministro en el Número 10 de filtrar información en su contra.
“Creo que salir a llamar ‘salvajes’ a tus propios diputados laboristas no es muy útil”, dijo. “También pienso que tratar de sabotear a uno de tu propio equipo cuando está ahí fuera, no solo defendiendo al gobierno, sino también logrando el cambio que prometimos, es un comportamiento contraproducente y autodestructivo”.