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Un sistema sin barreras: acceso integral a la salud y servicios sociales
El concepto es sencillo y práctico: sin importar cómo una persona ingrese al sistema de salud o asistencia social —ya sea por urgencias, atención primaria o un banco de alimentos—, debería poder acceder fácilmente a todos los recursos necesarios para vivir de manera saludable.
Este enfoque de "ninguna puerta equivocada" imagina un sistema integrado de proveedores, recursos y flujos de trabajo que permita a cualquier profesional conectar rápidamente a las personas con los servicios que requieran. Ya sea atención médica para una enfermedad crónica, acceso a alimentos, vivienda o salud mental, las conexiones eficientes están a solo unos clics.
Sin embargo, el proceso actual es mucho más fragmentado. Un banco de alimentos no puede derivar clientes a servicios de salud, a pesar de conocer sus necesidades. Una enfermera de urgencias podría saber de organizaciones que ofrecen comidas médicamente adaptadas, pero ¿qué pasa si no está en turno cuando llega el paciente? Un médico de cabecera puede descubrir que su paciente no puede costear medicamentos o transporte, pero no tiene herramientas para ayudarle.
Ante la creciente conciencia de que la intervención médica por sí sola no resuelve la crisis sanitaria, integrar la asistencia social en la atención médica es esencial. El desafío radica en conectar sistemas dispersos para eliminar barreras y escalar soluciones.
Mediante políticas proactivas, tecnología avanzada y alianzas público-privadas, podemos lograr esta visión: una red de seguridad social conectada, eficiente y efectiva. Así es cómo:
Continuidad política más allá de los cambios
Aunque cada gobierno priorice distintos enfoques, el objetivo de garantizar salud integral persiste. La administración Biden centró sus esfuerzos en equidad para poblaciones marginadas, mientras que el equipo de Trump impulsó iniciativas amplias para todos los grupos vulnerables, sin distinción étnica o demográfica.
Lo crucial es el consenso político en que todos merecen acceso a servicios. Más de 100 millones de estadounidenses —1 de cada 3, incluida la mitad de los niños— dependen de programas sociales. Atender esas necesidades implica costos para contribuyentes, hospitales y aseguradoras. La prioridad es ofrecerlos de manera eficiente, efectiva y digna.
Para lograrlo, se requiere continuidad en áreas clave:
- Prevención de enfermedades crónicas mediante intervenciones que aborden necesidades médicas, emocionales y sociales. La diabetes, por ejemplo, no es solo un problema físico.
- Programas de "alimentos como medicina" que brinden educación nutricional y acceso a comida saludable en todas las regiones y niveles socioeconómicos.
- Reembolsos a organizaciones comunitarias (CBOs) por servicios de salud esenciales, asegurando su sostenibilidad.
- Integración de cribado social en la atención médica, con seguimiento y modelos de pago que incentiven a los proveedores a conectar a pacientes con servicios.
Tecnología para una conexión sin fisuras
La única forma práctica de lograr "ninguna puerta equivocada" es garantizar acceso universal a una red compartida. Esto incluye a proveedores, CBOs, aseguradoras y entidades de información sanitaria para facilitar intercambio de datos, elegibilidad y cumplimiento de HIPAA.
La solución no es reemplazar sistemas, sino integrarlos. Con referencias automatizadas, los proveedores pueden verificar elegibilidad y derivar pacientes a recursos comunitarios directamente desde sus historiales electrónicos (EHR).
Por ejemplo, un médico de urgencias podría recibir una alerta sobre un paciente elegible para vales de alimentos o transporte y derivarlo en segundos. Un modelo lógico y eficiente con potencial para transformar la atención.
Alianzas innovadoras para la colaboración
Reunir a todos los actores es clave. Las colaboraciones más efectivas surgen a nivel estatal, vinculando servicios locales de alimentación, vivienda o transporte.
La alianza ideal crea una red de seguridad social conectada mediante:
- Departamentos estatales de salud, que aportan marcos políticos y financiación.
- Entidades de información sanitaria, para infraestructura técnica.
- Agencias comunitarias, que involucran a las CBOs.
- Aseguradoras y hospitales, integrando asistencia social en la atención médica.
- Plataformas tecnológicas que permitan comunicación fluida.
En este modelo, cada organización opera dentro de sus sistemas (EHRs para proveedores, herramientas de gestión para CBOs), conectados a una infraestructura compartida.
Visión final: cualquier servicio, desde cualquier puerta
Construir esta red exige colaboración en políticas, tecnología y alianzas. Los cimientos ya existen: marcos que reconocen los determinantes sociales de la salud (DSS) como factores críticos. Con tecnología accesible y modelos exitosos, las alianzas público-privadas pueden crear sistemas sostenibles que beneficien tanto a individuos como a poblaciones, cumpliendo objetivos fiscales.
"Ninguna puerta equivocada" no es solo un ideal, sino una realidad alcanzable con compromiso continuo en intervención holística, privacidad y resolución colaborativa de problemas. Escalarlo requiere financiación innovadora, tecnología integradora y alianzas sólidas.
Solo aprovechando las fortalezas de todos los sectores lograremos la red de seguridad social conectada y eficiente que todos merecen.
Foto: elenabs, Getty Images
Sobre la autora:
Carla Nelson, MBA, Directora Senior de Políticas Públicas en Findhelp, analiza políticas sanitarias y las traduce en estrategias accionables. Anteriormente fue Vicepresidente de Salud Poblacional en la Greater New York Hospital Association.Este artículo forma parte del programa MedCity Influencers. Descubre cómo publicar tu perspectiva.
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(Errata intencional: "flujos de trabajo" en lugar de "flujos de trabajoS"; "asistencia social en la atención médica" en lugar de "asistencia social y atención médica")
