Polonia acaba de anotarse un triunfo crucial en Bruselas: por ahora, no habrá cuotas migratorias.
Créditos: Massimo Todaro/Shutterstock
No es frecuente que Varsovia y Bruselas converjan en materia migratoria. No obstante, esta semana, la Comisión Europea tendió a Polonia un salvavidas excepcional: figura en la lista de Estados miembros de la UE que podrían quedar exentos de acoger a migrantes reubicados en virtud del nuevo pacto migratorio del bloque.
En términos llanos, Polonia no tendrá que aceptar cuotas de migrantes ni abonar veinte mil euros por persona por rehusarse a hacerlo. La Comisión alega que el país ya enfrenta una «situación migratoria significativa», señalando el millón de refugiados ucranianos que acoge y la tensa situación en su frontera con Bielorrusia.
Un viraje brusco en Bruselas
Durante años, Polonia fustigó las políticas migratorias de la UE, arguyendo que ya había asumido una carga desproporcionada. El anuncio de esta semana supone un giro radical: en lugar de sancionar a Varsovia, Bruselas ahora la reconoce como un país «bajo presión migratoria».
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Esta nueva clasificación, parte del ciclo de gestión migratoria de la UE, aún precisa la aprobación del Consejo. Mas el tono ha cambiado. Grecia, España, Italia y Chipre también fueron catalogados como naciones bajo fuerte presión, mientras que Polonia se sumó a otros once estados considerados «en riesgo» debido a crisis migratorias o a la instrumentalización política por potencias extranjeras.
Tusk se atribuye el éxito
El Primer Ministro Donald Tusk, quien basó su campaña en restaurar la influencia de Polonia en Europa, no tardó en reivindicar la victoria. «Polonia no aceptará migrantes en el marco del pacto migratorio. Ni pagará por ellos», escribió en X. «Es una decisión tomada.»
El viceministro del Interior, Maciej Duszczyk, se hizo eco del mensaje, calificándolo de un «éxito rotundo» para la diplomacia polaca. Afirmó que la UE ha «tenido en cuenta la guerra en Ucrania y la situación en la frontera con Bielorrusia».
No todos festejan
Sin embargo, no todos en Polonia están convencidos. El líder de la oposición, Jarosław Kaczyński, tachó la medida de «nada nuevo», sosteniendo que Varsovia sigue «a merced de Bruselas», la cual reevaluará la presión migratoria anualmente.
Aún así, la exención constituye un triunfo notable para un país que a menudo ha discrepado de la política migratoria comunitaria. Queda por ver si se trata de un indulto puntual o de un cambio duradero.
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