Siete Décadas de Visitas de Portaaviones

La anunciada visita del espectacular portaaviones USS Gerald R. Ford – CVN 78 – (el mayor y más moderno de la Armada estadounidense y el primero de una nueva serie de tres unidades) a Mallorca el día 3 del próximo mes, para una estancia de cinco días, corona un historial de más de 70 años de escalas portuarias, desde los inicios de la Guerra Fría hasta la actualidad.

Se inició en la década de 1950 cuando, a los primeros acordes del rock and roll, los primeros portaaviones de la US Navy hicieron su aparición en la bahía de Palma y también en la de Pollensa –con motivo de sucesivas maniobras navales. Algunos eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial, modernizados y adaptados a los nuevos tiempos. Su presencia, con vastas cubiertas atestadas de célebres aeronaves de diversos tipos y propósitos, captó la atención del público desde el primer momento. Con anterioridad, en los años treinta, ya se habían registrado buques de tal naturaleza, fundamentalmente bajo el mando de la Marina Real británica.

Pero fueron los estadounidenses quienes destacaron por su frecuencia y variedad, con alrededor de 200 visitas realizadas por una veintena y media de portaaviones entre 1952 y 2022. Algunos se señalaron por sus innovaciones técnicas, como el USS Intrepid de la clase Essex, que efectuó diez escalas entre 1956 y 1973. Su apariencia original había sido alterada por una nueva cubierta de vuelo angulada que marcó un nuevo estándar. En la actualidad sirve como museo flotante en Nueva York.

Otros regresaron hasta 25 e incluso más de 30 veces, como el USS Forrestal, el USS Saratoga o el USS Franklin D. Roosevelt. Los años sesenta, cuando el puerto estaba abierto a la ciudad, fueron especialmente propicios para estas escalas, que también tuvieron un impacto social y de ocio en Palma. En aquella época la población era mucho menor y el número de marineros proporcionalmente mayor, todos ellos uniformados, por lo que su presencia en las calles de lo que entonces era una ciudad provinciana resultaba llamativa, y era común en ciertos barrios.

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Durante muchos años se mantuvo también la tradición de las visitas guiadas a bordo, abiertas al público. El acceso se realizaba, como ahora, en barcazas turísticas que para algunos ciudadanos supusieron su primera experiencia en el mar. Y estaba también la emoción de ver de cerca a los protagonistas de Top Gun, con aviones como el F-14 Tomcat o el F/A-18 Super Hornet.

Los portaaviones convencionales alcanzaron su cénit con el icónico USS John F. Kennedy y prevalecieron hasta la llegada del famoso USS Enterprise, el primer portaaviones nuclear, comisionado en 1961 y que realizó diez visitas a Mallorca entre 1963 y 2011. Único en carácter y dimensiones hasta la llegada de la clase Nimitz en 1975, ha sido el más famoso de todos. Con los portaaviones nucleares llegó la controversia sobre su presencia desde la década de 1980 en adelante, y el número de visitas se ralentizó en comparación con décadas anteriores. La última visita fue en julio de 2022 por el USS Harry S. Truman.

La llegada de portaaviones estadounidenses a Mallorca forma parte de la historia portuaria contemporánea, alentada por los acuerdos de cooperación con España que datan de 1953 –un acontecimiento que, en cierta medida, echó un velo sobre la memoria del Desastre de 1898 y la pérdida de las Colonias de Ultramar en la guerra con los Estados Unidos. Así, bajo el signo de una nueva amistad de conveniencia geoestratégica, comenzaron aquellas visitas que han perdurado hasta hoy. Han coexistido con la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, los conflictos en Libia y el Golfo, y posteriormente los de Irak y Afganistán. Tras el 11-S, se introdujeron nuevas medidas de seguridad, las visitas se hicieron menos frecuentes y el acceso más restringuido.

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Todo esto culmina ahora con la llegada del nuevo USS Gerald R. Ford, perteneciente a la clase homónima –la más potente jamás construida, con un desplazamiento de 100.000 toneladas–, que debuta en Palma. En estos tiempos turbulentos, cuando redoblan los tambores de guerra –ahora con reverberaciones globales.