Tras años cubriendo los principales equipos profesionales de ciclismo que entrenan en la isla, especialmente el Team GB y lo que fue el Team Sky en su apogeo durante sus campamentos de invierno en Puerto Alcudia y Pollensa, admito que ignoré las actividades de los clubes amateur.
Sin embargo, hace unos fines de semana estuve en un hotel ‘eco-activo’ entre los dos puertos y, no solo estaba completo, sino que el 80% de los huéspedes eran ciclistas británicos. Me sorprendió no solo el equipo que trajeron, sino también el costo de todo ello.
El ciclismo es turismo de alto poder adquisitivo, sin duda. Mientras las autoridades publican estadísticas cada año sobre cuánto aporta el ciclismo a la isla y cómo los hoteles se han adaptado para cubrir las necesidades especializadas de los ciclistas, presenciar el engranaje de esta industria en movimiento es realmente impresionante.
Reconozco que los ciclistas pueden ser molestos para algunos conductores, pero igualmente los conductores, de los que hay demasiados en Mallorca, sin duda pueden serlo para los ciclistas. Ambos deben convivir en armonía, porque si Mallorca quiere turistas de calidad y alto gasto en temporada baja, los ciclistas deben encabezar la lista. No vendrían a la isla si no mereciera la pena, así que deberían ser valorados.
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