Al mudarte a España, quizás anheles una vida sencilla, pero puede que no esperes que esté tan plagada de lecciones prácticas. Yo, desde luego, no lo esperaba. Y, sin embargo, ahí estaba yo, con mis botas en la mano, en una pequeña tienda escondida en una calle soleada, preguntándome si aquello sería el comienzo de mi propia era del ‘arreglo y aprovechamiento’.
Una visita al zapatero
Acudí al zapatero remendón para arreglar mis botas, avergonzada de admitir que en el Reino Unido probablemente habrían acabado en el fondo de mi armario para siempre. Aquí en España, nuestra vida minimalista implica que solo tengo un par de botas, por lo que repararlas era una necesidad, no una tarea tediosa.
Entrar en el taller fue una revelación. Zapatos, botas, sombreros y bolsos rebosaban en estanterías y el suelo, todos a la espera de ser reparados. Me percaté de que no había visto nada parecido en mucho tiempo en el Reino Unido, y sentí una oleada de nostalgia. Las calles españolas tienen un aire pintoresco y antiguo, que evoca los buenos tiempos en que las carnicerías, panaderías y tiendas de ultramarinos llenaban pueblos y ciudades.
Lo más leído en Euro Weekly News
Lo que más me sorprendió, no obstante, fue la reacción de mi hija. Observaba al zapatero con atención, con los ojos muy abiertos, acribillándome a preguntas sobre qué hacía y por qué. Aquello me hizo sentir una mayor responsabilidad para ayudarla a comprender el ciclo de los objetos, cómo las cosas pueden repararse, reutilizarse y valorarse, en lugar de desecharse.
Una cultura de mantener las cosas con vida
Mientras observaba al zapatero trabajar, comencé a reflexionar no solo sobre la nostalgia que inspira España, sino también sobre su enfoque hacia los objetos. Puede que descubras, como me sucedió a mí, que en España no predomina la cultura de lo desechable, tan común en el Reino Unido. En lugar de tirar las cosas, se arreglan, se reutilizan y se transmiten.
Un artículo de Euro Weekly News destacaba recientemente la escasez de tiendas de caridad en España, señalando que las que existen suelen ser gestionadas por expatriados. Esto no es casualidad. Los españoles están acostumbrados a mantener las cosas en circulación en vez de apresurarse a sustituirlas. Desde luego, parece haber menos fast fashion, al menos en el pueblo pequeño donde vivo, y existe un orgullo sosegado en el hecho de remendar, un respeto por los objetos que aún tienen vida por delante.
Minimalismo y experiencias por encima de las posesiones
Esta mentalidad encaja a la perfección con la sensación de una vida menos materialista que he encontrado aquí. Se valoran las experiencias, no los bienes materiales. Un par de botas reparadas pueden durar otra temporada, mientras que un café compartido en un bar local se convierte en un recuerdo atesorado. El acto de reparar, de hacer que algo perdure, se siente como una declaración de intenciones contra el constante consumismo del que esperaba escapar en el Reino Unido.
Me ha hecho pensar: ¿cómo podemos adoptar esta cultura plenamente? ¿Cómo podemos hacer nuestras propias pequeñas contribuciones a esta forma de vida mientras disfrutamos de todo lo que España ofrece?
Abrazar un estilo de vida de aprovechar y remendar
Una forma es volverse creativo en casa. Reparaciones sencillas, como coser un botón o poner un parche a una prenda gastada, pueden llegar a sentirse gratificantes en lugar de tediosas. Visitar talleres locales de reparación de calzado, electrónica o incluso menaje del hogar podría convertirse en una pequeña aventura. Y rebuscar en un mercadillo dominical local puede deparar tesoros con una historia a sus espaldas.
Otra manera es pasar los objetos a otras personas. En España existe una red sólida de vecinos y amigos que comparten con generosidad. En vez de desechar algo que ya no necesitas, puedes ofrecérselo a alguien que le pueda dar uso. La alegría de este intercambio es mucho mayor que la efímera emoción de comprar algo nuevo.
Mientras trato de abrazar mi nuevo estilo de vida de ‘arreglo y aprovechamiento’, he decidido convertirlo en mis propósitos de Año Nuevo.
Vivir al estilo español
España me ha enseñado que lo práctico puede ser hermoso, que dedicar tiempo a dar una nueva vida a las cosas puede ser más gratificante que apresurarse a reemplazarlas. Existe un cierto orgullo en mantener las cosas con vida, en optar por la reparación frente a la compra de algo nuevo, en valorar las experiencias por encima de los objetos.
Mudarte aquí quizá marque el inicio de tu propia era del ‘arreglo y aprovechamiento’. No se trata de privación o de una frugalidad anticuada. Se trata de vivir con intención, disfrutar de lo que tenemos y descubrir los placeres ocultos que ello conlleva.
La próxima vez que entre en la zapatería, con mis botas en la mano, lo haré con un sentido de practicidad y aprecio. Aquí en España, cada reparación es un recordatorio de que, con un poco de cuidado, las cosas pueden durar toda una vida.