La futbolista de veinticinco primaveras, que ha disputado cuarenta y ocho partidos con la selección neerlandesa, encontró aceptación en Manchester y se estableció con su pareja, Ruth, a quien conoció mediante una aplicación de citas.
Casparij, que hoy en día es una mujer abiertamente homosexual, declara que la comunidad LGBTQ+ lleva un “lugar privilegiado en su corazón”.
“En ocasiones, mi desarrollo personal fue arduo hasta que me incorpore al fútbol femenino. Allí, en el Heerenveen, era algo habitual y se hablaba de ello con total naturalidad,” confesó.
“Fue un proceso de autodescubrimiento profundo. Esa claridad me faltó durante mi adolescencia, una etapa plagada de incertidumbres y cuestionamientos.
“Permanecía en vela, sumida en la penumbra, preguntándome: ‘¿Es esto anómalo o acaso yo soy anormal?’ Poder servir ahora como un ejemplo a seguir, junto a mi pareja, para tantas jóvenes, reviste una importancia capital”.
La defensa diestra posee una plataforma para fomentar la inclusión en el fútbol femenino y la ha utilizado al máximo.
Emplea cordones de colores del arcoíris en sus botas, luce pulseras con los mismos tonos, publica mensajes de apoyo a la comunidad LGBTQ+ en sus redes con asiduidad y, en el mes de abril, dedicó su tanto ante el Everton a las personas transgénero.
“El motivo por el cual considero crucial alzar la voz y brindar respaldo es que, en la sociedad contemporánea, si no te posicionas de manera activa, tu silencio resulta complice,” afirmó Casparij.
“Resulta imperative que defendamos a quienes nos necesitan para que se sientan respaldados. Tomemos por caso a la comunidad trans. Son personas válidas y me importan.
“Deseo demostrarles mi solidaridad incondicional. Anhelo impulsar a la gente a que actúe de la misma manera. En mi opinión, necesitamos con urgencia una mayor cohesión social y un sentido de comunidad más sólido”.
Ha respaldado un sinfín de campañas; la más reciente fue su incorporación como madrina de la Fundación LGBTQ, colaborando en la financiación de líneas de ayuda para victimas de violencia intrafamiliar y transfobia.
“Considero que las mujeres queer atraviesan por una situación particularmente delicada en estos momentos y aspiro a contribuir a que dispongan de espacios seguros,” explicó la futbolista.
“En el ámbito de la violencia doméstica, por ejemplo, a menudo se invisibiliza a las mujeres queer. Quiero garantizar que tengan un refugio donde sanar y alguien con quien poder dialogar.
“Anhelo ser una mujer que tienda la mano a otras mujeres”.
Asimismo, siente un profundo fervor por convertirse en un referente para las jovenes homosexuales: justo la clase de representación que ella misma echó en falta durante su época escolar.
“Me produce una enorme satisfacción poder contribuir a que otras personas disipen sus dudas. Se trata de auxiliarlas a entender la raíz de sus emociones,” añadió.
“Siempre me ha entusiasmado rodearme de personas queer. El sentimiento de pertenencia y de contar con apoyo es fundamental. Mi único propósito es esparcir amor”.
