Señales sutiles de que no estás durmiendo lo suficiente.

No dormir lo suficiente no solo te hace sentir cansado, también altera tu estado de ánimo, apariencia y función diaria de maneras que quizás ni siquiera conectes con la falta de descanso. Signos sutiles como antojos de comida, poca motivación y cambios emocionales a menudo son la forma en que tu cuerpo te dice que tu rutina de sueño está descompuesta.

E incluso cuando crees que estás durmiendo las suficientes horas, los horarios irregulares para acostarte y los malos hábitos de sueño pueden desajustar tu reloj biológico. La interrupción crónica del sueño se refleja en tu rostro, tu enfoque e incluso en tu capacidad para tomar decisiones. Investigaciones de Suecia confirman que los demás pueden notar cuando estás privado de sueño, aunque tú aún no lo sientas. Veamos cómo se ve esta pérdida de sueño oculta, qué la causa y cómo puedes solucionarla.

La privación del sueño no siempre se siente como privación del sueño. En una entrevista con Newsweek, la psicóloga del sueño Janet Kennedy explicó que la privación crónica del sueño a menudo pasa desapercibida porque los síntomas no siempre se sienten como cansancio. En lugar de bostezar o quedarte dormido durante el día, es posible que simplemente te sientas más irritable, distraído o emocionalmente agotado. Kennedy enfatizó que cada persona tiene necesidades de sueño ligeramente diferentes, y tratar de dormir más de lo necesario incluso puede causar ansiedad o insomnio.

Los adultos sanos que experimentan irregularidades en el sueño están en riesgo. En lugar de centrarse en personas con trastornos del sueño diagnosticados, el consejo de Kennedy se aplicaba a personas por lo demás sanas que se acuestan tarde, usan pantallas demasiado cerca de la hora de dormir o se sienten aceleradas incluso cuando están exhaustas. Estos son los tipos de individuos más propensos a sufrir los efectos acumulativos de un mal sueño sin darse cuenta de lo que realmente está sucediendo. Ella señaló: “La privación crónica del sueño tiene una multitud de efectos negativos en el cuerpo y la mente”.

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Los cambios de humor y la poca concentración son algunos de los signos más reveladores. Si te estás peleando con tus seres queridos, luchando para terminar tareas o encontrando difícil mantener la mente alerta, es posible que estés lidiando con una pérdida de sueño leve. La falta de sueño suficiente aumenta la ansiedad, ralentiza la toma de decisiones y afecta la memoria. Estos efectos cognitivos no son sutiles, afectan tu rendimiento, relaciones y función diaria.

Tu cuerpo puede sentirse exhausto, pero tu cerebro se niega a dormir. Este patrón confuso es uno de los signos más frustrantes de que tu ritmo circadiano está desajustado. Los horarios inconsistentes de despertar y el uso de pantallas por la noche desordenan tu reloj interno.

“Los teléfonos y otros dispositivos señalan el día, el estrés y la resolución de problemas, estimulando el cerebro hacia el modo activo y acelerando el cuerpo”, dijo Kennedy. Esto hace que sea más difícil para tu cuerpo relajarse y sanar. Como resultado, incluso cuando estás agotado, tu cerebro aún puede pensar que es hora de actuar, manteniéndote despierto y alerta cuando necesitas desesperadamente descansar.